Aprendo del vaivén de tu pensamiento,
desolado y fecundo.
Retengo en mi memoria tramos de tus trayectos
donde eso mínimo singular desmalezó
hasta lo petrificado.
Trascendental momento humano
horadar silenciosamente la piedra del imponente pasado.
Respiro en tu aire profundo de honra,
ligero de triunfos;
porque el agua limpia llega dulcemente y sin estruendos
mientras los tallos imaginan el momento de sus pétalos.
Intuyo que supiste esperar el instante
en el que me entregue a tus ojos.
Como el agua,
como el tallo
tu naturaleza se hace una en la mía..
Texto agregado el 04-03-2014, y leído por 326
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