POEMA R.
(Las Voces en Silencio).
Tu túnica blanca,
te tenía más cerca de Dios,
tu voz profunda eco en las almas,
se escuchaba como rayo,
en la más espesa lluvia,
y tu mente sabía que amabas,
pero no amabas,
bajo tu mirada se escondían,
las más profundas lágrimas,
y así por el tiempo caminabas,
las horas infinitas de la soledad,
te hacían más fuerte que el granito,
y tu mirada, apacible en la lejanía se perdía,
ayudando a los demás, tus fuerzas,
se crecían, como la luz de la estrella,
en la tormenta del mar,
entre viento, nubes y aguas negras aparecía,
así era tu lento caminar,
y él te llamo muy pronto,
y su rostro viste,
serenamente, porque por él renunciaste,
a los placeres del mundo,
y tu cuerpo y alma enteros le entregaste.
Rey Cimba. ©
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