En esta oscura noche, fría y lluviosa,
tu corazón dejó de latir,
no hubo nada que hacer,
tan solo presenciar cómo se apagaba tu vida.
Ahora el recuerdo doloroso de tu agonía
de sentir cómo tus pulmones
llenos de líquido terminaron con tu vida,
ese amargo recuerdo me perseguirá
hasta el fin de mi existencia.
Hoy, Dios te ha llevado a su lado
y estás ahora con tus padres, tu esposo,
tus hermanos y demás familiares
que se adelantaron en el viaje
a la eternidad.
El amargo recuerdo de tu agonía
ha lacerado aún más mi frágil
y enferma mente, me tortura
y me hiere a cada momento,
no podré soportarlo mucho tiempo.
Solo me queda terminar algunos pendientes,
ya nadie me necesita, he vivido la traición,
la discriminación y la intolerancia,
cuando termine todos mis pendientes,
con el perdón de Dios y con tu perdón,
en poco tiempo me iré para estar contigo,
y con todos mis seres queridos que partieron
en ese lugar donde reina la luz
de la presencia divina.
HASTA PRONTO, MAMITA QUERIDA |