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Le pusimos de nombre Tatiana. La compré en Harrods_ donde, dicen, que se puede comprar desde un alfiler hasta un elefante_como regalo de fin de carrera de mi mujer. Era de raza Shih Tzu, negra y blanca y el diferendo con un elefante era evidente pues era muy, pero muy pequeña. Al principio podía llevarla en el bolsillo del abrigo.

Como no teníamos hijos, Tatiana fue nuestro primer genérico.



Era probablemente la perra mas torpe que nadie haya tenido.

Jugaba en el jardín y entraba para hacer sus necesidades dentro de casa. Vamos que era muy hogareña.


Pese a los consejos nunca supimos educarla. Eso sí, acabó entendiendo órdenes en gallego, castellano e inglés.


En aquella época en Inglaterra la cuarentena de los perros que salían del país era de nueve meses, por lo que nunca la podíamos llevar con nosotros en nuestros frecuentes viajes y buscábamos lugares especializados_ Kennels_ para que la cuidaran.


Un verano, cuando nuestra Tatiana tenía cuatro años la dejamos en casa de Muir y Mercedes_¿ recordáis al rubio escocés con su Jaguar deportivo en busca de su amor a un rincón de Galícia?_.



Cuando regresé en el mes de agosto a Londres les pedí que Tatiana continuara con ellos, pues iba a estar muy sola en casa hasta setiembre que vendría mi mujer.


Fue una mala decisión.


Me llamó Mercedes un día con la mala noticia de que Tatiana había desaparecido de su jardín y unos vecinos creían haber visto una mujer manteniendo una larga conversación con la perrita.



Faltaba poco para que mi mujer regresara a Londres. Pusimos anuncios por todas partes , principalmente en los periódicos locales del barrio donde ellos vivían: Islington.


Nada. No habia ni pista de Tatiana. Mercedes estaba muy preocupada con el disgusto y la reacción de mi mujer.


.-Déjalo de mi mano, le tranquilicé.



Le dije a mi mujer que Tatiana estaba muy enferma, pero que se tranquilizara pues haríamos todo lo posible por salvar su vida. Que al día siguiente la iban a operar de un quiste hepático_ !Ahí queda eso!_.


(- Como,seguro ya veníais coligiendo, Tatiana murió en la operación -).


Cuando llegó a Londres soltó unas lágrimas y se deshizo de todo vestigio de nuestra querida perra, que en paz descanse.





Nuestra pandilla _ mas apropiado cuadrilla, como dicen en las Vascongadas_ estaba formada principalmente por los corresponsales de los medios españoles en Londres y algún compañero de banca. Todos ellos llamaron a mi mujer dándole un pésame que parecía sincero sino fuera por el cachondeo que yo sabía que se traían con la tragedia de los Romero.


Y así continuó nuestra vida ya sin la Tatiana y sin ganas de repetir con otro genérico.


Pero….


Dos años después del "fallecimiento" de nuestra Tatiana, recibí una llamada de una asociación de animales:


.- Mr. Romero have you lost a dog two years ago?


.- Pues sí la perdimos hace dos años.


.- We believe we've found her.


!No salía de mi asombro!.La Tatiana había aparecido.


Siguiendo sus instrucciones, llevamos en primer lugar la perra a casa de Muir y Mercedes para comprobar su reacción y se fue directamente a donde solía estar Tatiana durante el verano que pasó con ellos.


Los de la Asociación llegaron a la conclusión de que era nuestra perra. Yo no estaba tan seguro pese a que obedecía ordenes en español y gallego. Seguro que si las diera en chino que también reaccionaría igual.


.- Merchy, te acuerdas de Tatiana que murió en el quirófano?


?.


Perdón inmediato a mi mentira y gritos de alegría. Llamó a toda la pandilla e hizo una gran fiesta de bienvenida a nuestra querida y resucitada Tatiana.


Y así estuvimos dos semanas de celebración.


Pero…


Nueva llamada de la Asociación: una vecina del barrio _ que conocían y decían no estaba bien de la cabeza_ reclamaba la perra como suya y les acusaba de robo y posterior venta. Yo les había enviado un cheque como donativo. Tenían que dar a la señora mi nombre y apellidos. Lo solucionamos dando mi Segundo nombre y Segundo apellido pues así no encontrarían el teléfono en la guía y mi mujer no se enteraría, de momento, del embrollo en el que yo solito me había metido.


! Que arrepentido estaba de haber "resucitado" a Tatiana !


Y...


Un atisbo de esperanza:

nueva llamada de la Asociación_ que tenía mas interés que yo en resolver el tema para lavar su nombre_ .


La demandante mantenía que Tatiana, a la que ella llamaba "Happy", era de raza Lhasa Apso y Tatiana era una verdadera Shih Szu, razas muy parecidas, ambas del Tibet, pero diferentes.





Yo ya no tenía papeles de la perra y en Harrods me remitieron al criadero que le surtía desde Escocia.


Pues sí, no sigáis dándole vueltas porque ocurrió.


En compañía de un íntimo amigo nuestro Mariano corresponsal de Radio Nacional de España en Londres, me desplacé con la perra al dichoso criadero donde pudimos ver fotografías de toda la familia de Tatiana y obtuvimos el necesario certificado ratificando su magnífico pedigree.





El abogado de la oficina no salía de su asombro y no podía creer la historia. Él era un mercantilista puro.


.-Vaya usted a ver a un juez de Shih Zu a ver qué dice y veremos que hacemos luego.


( En Inglaterra las cosas funcionan así )


Nada mas ver la perra dijo con absoluta firmeza:


.-Es un Lhasa Apso.


Creí morir. Lo que sospechaba desde el principio se convertía en realidad. Tendría que enfrentarme a mi mujer y ahora ya no podía volver a matar de nuevo a Tatiana, aunque ganas no me faltaban.


Mariano, que por algo era de Avila, me sugirió que fueramos a ver un juez de Lhasa Apso.


( Repito las cosas funcionan así en ese país )


Y aquí vino la doctrina de Murphy y ocurrió lo que tenía que ocurrir:


.-Sin duda alguna es un Shih Zu.




Notifiqué a todas las partes, mi abogado, la organización de animales y a mi mujer de la verdad de la historia que para sí querría Frank Kafka.


Se acercaban las vacaciones de Navidad y por tanto nos volvíamos a España.


Se depositó la perra con la Organización de Animales, que consiguió que se creara un tribunal de tres jueces para decidir sobre la raza de la perra.



Cuando regresamos el abogado de la oficina nos dio la noticia:


.-Según dos de los jueces, era un Shih Zu. Era la Tatiana. Era nuestra perra.


Le rogué a mi mujer que no volviera a organizar ninguna fiesta.


Al año siguiente nació nuestro hijo Juan y Tatiana comenzó a perder protagonismo en la casa. Acabamos regalando nuestra Tatiana a nuestros vecinos del numero 10, los del Loro, Janet y John. Y en su compañía, Tatiana, pasó a mejor vida sin necesidad de volver a matarla.


Por cierto, por el número de años que vivió era imposible que la perra fuera nuestra Tatiana.


Nunca olvidaré el daño que hicimos a una pobre mujer a la que ganamos, creo yo,injustamente un juicio.



La perra que nos devolvieron tenía una cicatriz en el estómago de haber sufrido una operación. Mi mujer tiene hoy una nueva perrita Shih Zu y le puso de nombre "Happy".

Texto agregado el 02-03-2014, y leído por 205 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
28-05-2014 jajajaj medio embrollo, me he divertido muchísimo viendo como corrías con tu mentira, muy ameno. nonon
10-03-2014 Jajajaja, me he reído de lo bueno. Supongo que igual que tú tuviste el instinto desesperado de matar a la perra, hubieras "matado" (cariñosamente, claro) a tu mujer por llamar "Happy" al nuevo genérico... Si la historia fue real -que tiene todas las papeletas-, tuvo que ser cuanto menos extraño por todo lo que has tenido que pasar, aunque visto en perspectiva resulte gracioso. Ikalinen
03-03-2014 Estupenda narración.+++++ PiaYacuna
02-03-2014 con tal que no moleste y mi gatito juan saldador ojotas, está todo bien, jejeje... saludos atanasio
02-03-2014 Interesante anécdota en una impecable narración. Pero han tenido suerte, los ingleses no son tan de devolver...****** hgiordan
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