Eres la princesa del universo, la más fervorosa, reina de todos los seres vivientes donde tus doce estrellas de oro por el cual contempla la corona de la gloria, resplandecen en luces, brillantes colores, olores agradables, nueva dulzura expresadas en rojas fresas representadas por amor.
Me encanta tu admirable mirada de pasión, Madre mía, el corazón más tierno en todas las ternuras, es el Inmaculado Corazón.
¡Oh, preciosa Madre, te amo! Mi tierna amante, penetras sobre mí las locuras de tu compasión divina.
Virgen sagrada, reina de los ejércitos que alivias mis pesares, tan suave y romántica son tus manos, la más humilde y sencilla mujer existente en la humanidad, bendita eres Madre Santísima, te adoro, tesoro de mi alma.
Esplendida y asombrosa es tu belleza, me dejas atónito al fijarme completamente en ti, adorable ser, rosa, flor de las hermosas rosas, respiro aire fresco, aire solemne vibrante en todo mi cuerpo que me arropa y me cubre.
Desmayo mis sentidos solo en pensarte mis pensamientos se vuelven chispas lujosas, ilusiones alegres, se devuelven las penas y dolores porque eres la Gran Madre Consoladora, mediadora, protectora, elegancia eterna tienes, aroma perfumada, fuiste la primera discípula de Jesucristo, tu hijo.
Acompáñanos ahora y por siempre, bienaventurada Virgen María, nos enseñaste a servir con solo decir esta frase: ‘’Soy la servidora del Señor, hágase en mí, tal como has dicho’’. |