Migajas de amores,
sonrisas usadas,
historias de sufrimientos
de las que te hacen amar a las victimas,
de esas que me contabas cuando te conocí,
de esas que utilizabas para desahogarte,
para mostrarte sensible,
para pensar que aun eras humana,
para creer que podrías amar otra vez,
que al entregarte serias correspondida,
que tendrías perfumes a quien dedicar,
que cambiarias historias de dolor
por momentos de fantasías,
que no usarías mascaras ante los extraños.

Historias que utilizabas para respirar aire de verdad,
para intentar caminar con los ojos cerrados por el bosque de la vida,
para huir de tus fantasmas,
para desengañarte,
para recordar que las personas pueden ser malas,
para comprobar que existen personas que te pueden comprender.

... y después de las historias, las lagrimas.
... y después de las lagrimas, las caricias,
... y después el miedo de volverte a enamorar,
... y después la distancia,
... y después perderte para luego encontrarte,
y pensar en las maravillosas cosas que pudieron ser,
y lamentar no haberlo intentado,
y pensar que pudo haber sido.

... Pero el tiempo vuela,
y las historias se escriben en presente,
y tú eres un pasado que invades hasta mi futuro.