Apagas el Volswaguen. Tus compañeros y tú salen del auto al mismo tiempo. Sólo el silencio de la noche los acompaña. Levantan el bonete del vehículo y sacan al infeliz del mismo. Junto a él estaban las herramientas que lo harán encarmentar para que no vuelva a hablar mal del Jefe. Cuatro palos. Les pasa a cada uno de tus compañeros el suyo. Los cuatro se ríen. El desdichado los mira pero no refleja temor en su rostro. Y eso te enoja.
- Entonces tú eres un toro.
Al terminar de decirle esto le propinas un fuerte golpe en las costillas. Tus compañeros continúan por quince minutos.
- Ya está bueno. Ese mierda no va a volver a hablar mal del Jefe. Sueltenlo.
Los golpes se detienen y la sangre del desdichado empapa la tierra.
Caminan hacia el Volswaguen. Al abrir la puerta del vehículo les recuerda a tus compañeros que falta el compañero de éste y que tienen que terminar éste trabajo esta noche.
Sandy Valerio
Texto agregado el 28-02-2014, y leído por 87
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Lectores Opinan
01-03-2014
siempre hay que hace lo que no pueden los cobardes que lo único que saben es contemplar en medio de las tinieblas... saludos atanasio
28-02-2014
Lo único que me queda claro es que alguien recibió una paliza por hablar mal del jefe, y que hay otro posible candidato a recibir otra, lo encuentro un poco "manco", pero sin duda es problema mío a estas horas de la noche (aquí) merman mis facultades. elisatab
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