POEMA Q.
(Las voces en silencio).
Mi mente corrompida,
mi cuerpo mal oliente,
mi alma carcomida,
mi corazón doliente,
te dijeron con dulzura, te amo con locura,
mis labios te besaron, entrando al paraíso,
tus labios abrieron las puertas del infierno,
mis manos la llave en la ranura introdujeron,
la llave de hierro, amohecida por el tiempo,
y la sangre hirvió, como fragua con el viento,
mi mente corrompida,
tu mente perturbada,
mi alma adolorida,
tu corazón sangrando por la herida,
encontraron el nido del veneno de la víbora.
Rey Cimba. ©
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