No me gusta demasiado el nadar
pero aún así
baje al fondo del océano
para con Nepturno hablar
y pedir que hiciera oleaje
para que una persona no se acercara al mar
Tampoco me gusta demasiado las alturas
pero hice un esfuerzo
y subi alto para hablar
con el que vive mas allá
y levantara viento
que hicieran volar
los malos pensamientos
Luego me puse seria
aunque alguna risa se escapo
inevitable en mi
y al final todo acabo
en un compromiso
de algo mas que amistad
Y todo esto lo hice
subida en una bicicleta de dos
Porque un día de diciembre aprendí
que cuando pedaleas al compás
de alguien que aprecias
aunque añores la presencia
de lo que es importante para ti
todo se puede conseguir.
Poner una meta
pensar en ti mismo
Saber que no es necesario perder
para comprender que necesitas
algo mas.
Todo tiene un fin
a veces inesperado
A veces...necesario.