Aislado en el centro de la corriente, lejos de ninguna orilla cosecho riscos blancos abundantes entre las estrellas en la noche añil oscura preñada de silencios que abanico al viento. Borracho voy de hastío joven, como odre roto lo esparzo al río, camino seguro en su desborde en perfecto camuflaje entre la nada y el vacío. Salvado el ego me juzgan cuervos de colores, la pena es mi inocencia incapaz de besar heridas osada bajo la lluvia que equivocó lugar y día.
Texto agregado el 24-08-2004, y leído por 142 visitantes. (2 votos)