De nuevo sometido a la humillación de la letra, a sentarme y aguantar el hecho de que la imaginación balbuceará lo que ya sabía: que es más fácil pensar en ti cuando no estás. Pensar en lo que hacemos, en lo que no hacemos, en lo que nos hemos hecho y en lo que te estoy haciendo. Es más fácil construir paredes y pintar rayas, es más fácil hablarte, desmoronarme y llorar lo mucho que nos he extrañado. Ahí aquí adentro estoy lleno de verdades, hinchado en resolución, emocionado hasta los tuétanos. Ven. Déjame inventar las palabras que metabolicen nuestras almas. Déjame oler tu cabello y morderte las poquitas canas. Déjame humectar de almendras la comisura entre tus dedos. Ya hice un desastre con lo que iba a ser un soneto, y no sé cuanto más soy capaz de echar a perder. Escucho un millar de voces que hacen eco en mis rincones, arriba, abajo, en medio, a un lado, atrás, adentro, más adentro, y ahí estás. Mientras camino entre recuerdos con mi sombra en mano, con pájaros que gritan tu nombre, que hasta los perros te están imitando, y los conejos brincan triples mortales si les enseño tu foto donde te adorna un cielo rojo. Ahí aquí adentro puedo morirme de tanto pronunciarte. Ahí aquí adentro sabrás mi nombre verdadero. Donde el aroma de tu respiración me impregna de imágenes. Donde las leyes nos dictan gritar lo que no hemos dicho. Comenzó el canto que me llama. Ya mejor me bajo. Comenzó el canto me llama. Ya me quiero bajar. Comenzó el canto. Por favor, detente. Ya comenzó el canto que me llama. Me quiero morir. Comenzó el canto que me llama ¡Quemado echo pedazos! Comenzó el canto que me llama. A las cinco en punto de la mañana. Comenzó el canto que me llama. Con el cielo rojo ¡Ay qué terrible es el canto que me llama! Me quiero bajar ¡Comenzó!

Ya me voy, ya me voy, me estoy despegando, la vida me espera ¡Dios! La vida me espera, por favor, dios, la vida me espera. Comenzó el canto que me llama. La vida me espera. A las cinco de la mañana. ¡Comenzó el canto que me llama! ¡Comenzó el canto que me llama! ¡Comenzó el canto que me llama! ¡A las cinco en punto de la mañana!

¡La vida me espera!