Resulta que después que E.T volviera a su casa, Elliot descubrió horrorizado que su hermanita Gertie estaba sufriendo de constantes abusos sexuales por parte de uno de los amigotes de su hermano Michael. Dicha situación orilló a la niña al consumo precoz de sustancias prohibidas como el alcohol, la marihuana y otras cosas mucho más fuertes, además de meterla en problemas serios con la ley. Decepcionado y traumatizado por aquellas vivencias, Elliot dejó de lado sus pensamientos infantiles y se comprometió, tan pronto Gertie se rehabilitó, que no descansaría hasta atrapar y encarcelar a todos aquellos pederastas y violadores que le infringieran daño a víctimas inocentes. Por tal motivo, se inscribió en la academia de policía gringa y desde el primer momento se destacó, además de por su eficiencia y lealtad, por su volátil carácter. Con el paso del tiempo, Elliot ascendió de rango y se hizo detective, para poco después ser transferido a la ciudad de Nueva York y ser asignado a un escuadrón de elite encargado de detener y ajusticiar a los delincuentes sexuales, conocido como Unidad de Víctimas Especiales. Y desde esa fecha, hasta hace un par de años, trabajó arduamente por el bien de la comunidad como… ¡el detective Elliot Stabler!
¡Órale, E.T, esa ni tú te la esperabas!