Que hermoso reencontrarme contigo Ale. De aquellos tiempos delirantes, entregadísima a lo que fuera de mí; y los miedos apenas se asomaban a pispiar el terreno. Ay… de aquellos días de ternurísima pasión, inocencia de rebelde; el momento lo era todo, un instante una vida y había que aprovecharlo.
- En jaulitas de colores nos íbamos a volar. Tendíamos alas de algodones a cada lado y de un salto nos entregábamos al vacío, confiando siempre que las rejas algún día desaparecerían.
No hacía falta pensar las consecuencias; el impulso hervía el fuego en nuestros cuerpos, haciéndose desear en cada latido… y el regocijo de lo eterno…
- No importaba tropezarse hasta ser arrojado al precipicio: la caída sería siempre en espiral y de ahí la vida de nuevo.
(se acarician)
Una continuidad de boca en boca
- De piel a piel…
Una ocupación total y constante de los espacios que nos íbamos creando y obsequiando.
- El comienzo de la delimitación de los cuerpos: las fronteras inventadas, las ignoradas… La vivacidad de la piel avasallando con el tacto los sentidos…
Y entre tanto toqueteo, entre tantos juegos perceptivos fue que la jaula se fue des-solidificando.
- Y con cada carcajada, con cada beso, cada error reconocido y aceptado las rejas se fueron coloreando de vivos colores
Amarillos delirantes!
- Rojos intensos!
Azules afelpados!
- Cada vara de hierro emplumando
Y a sus costados íbamos observando sumergidos en el juego; cómo los algodones que supimos inventar eran reemplazados por dos gigantes alas de algún pájaro de fuego aire, tierra o agua.
- A nuestros costados se abría la Jaula en Inmensidad de Alas capaces de generar fuertes tornados revolucionarios
Nuestro mundo dejó de ser una prisión en el momento en que todos y cada uno de nosotros se hincó como pudo en alguna pluma del Gran Ave; en sus garras filosas o en su pico jaspeado.
- Nuestro mundo lo habíamos transformado; inconscientemente capaces de liberar la energía suficiente para hacer de la mismísima existencia que habitamos un ser alado…
Un viento de aliento de los dioses…
- La potencia del universo en las manos del cuerpo conciente…
¡Ha llegado la hora del esclarecimiento! ¡Alas! ¡Alas para volar! Agarrarse de las plumas que cosquillean, de los colores que bailan al ritmo del vuelo de aquél pájaro, aquél humano, aquél ser vivo primero enclaustrado en la prisión de si mismo.
- En la ignorancia de la capacidad de la Magia, de la inexistencia de la Realidad… de los símbolos que dan vida al mapa que uno mismo va ideando al caminar…
Y de un salto sostener con firmeza la tierra con las manos, sostener el equilibrio de la mutación del cuerpo, de la excitación de las almas contorsionándose por todo el espacio, re-creando su percepción de los límites y del tiempo…
- ¡Es que sí! La jaula se ha vuelto pájaro, pero ¿Qué haré con el miedo?
Miedo… carroña de ave, al vuelo hay que cazar, y de eso alimentarse; la transformación de la energía siempre hacia lo positivo…
- Es que al pájaro el vuelo le es natural…
Así cómo al humano le es natural el crear… y donde se haya creado un mundo con vida y alas no cabe lugar para la in-acción del Miedo… Triste excusa de aquel que insiste en cargar a su espalda algunas varillas de hierro aún… de aquel que no se animó a crear…
|