Su espejo disfrazó mi rostro de alegrías,
muecas enteras al vacío
ilusiones y codicias infantiles
bajo musgo, ladrillo añejo
a la sombra de mi estridente voz
hoy aguardo aun
que se cumpla el viaje
al infierno, al cielo mismo
a un mundo fortuito
donde la moneda toque fondo
y se funda en los deseos.
Texto agregado el 24-02-2014, y leído por 129
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