Ignoraba todo lo importante
solamente me dedicaba a caminar
mirar los árboles y corretear mariposas
Yo ignoraba las cosas profundas
enloquecía con el olor de la tierra humeda
creía hablar con las hojas
llevaba un remolino colgado en cada oreja
Nunca me hice preguntas difíciles
amaba las respuestas abiertas
no conocí las dudas ni la angustia existencial
Vivía en una casa grande
mis amigos eran dos almendros y un naranjo
las fronteras del mundo eran los muros vecinos
todo cabía en ese universo redondo
Alguien tocó la puerta
y por primera vez cruzó la muerte
la puerta de mi región propia.
Texto agregado el 22-02-2014, y leído por 93
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
23-02-2014
A cada uno le toca de manera distinta, muy bueno pablotorres
22-02-2014
¿Habrá que esperar a que la muerte se instale para leer algo menos ingenuo y falso? omeros