Las estructuras de papel que se derrumban,
las hojas sucias con ideas de basura,
las estatuas de marfil nacidas de un vil recuerdo,
las adoramos como al prohibido becerro.
te inclinas ante dioses carentes de algún sentido
más allá de lo que tu te has permitido,
te has permitido encerrarte en tu pequeño cuadro
explorando el absoluto de cada inmundo guijarro.
lo sabes todo, cada cosa existente en el mundo
de ilusiones encontradas en un libro santillana,
se construyeron mil retratos al bendito super-hombre
pero en realidad siempre fuiste tú.
tienes miedo a morir,
tienes miedo de morir.
el día está gris, el día está nublado
y el oscuro de tus ojos bien parece reflejarlo,
en ti yo puedo ver lo que en oídos no se oye,
en ti yo puedo ver de lo que tu te arrepientes.
no valerá la pena luchar por un sin sentido
sin ir más allá de un mismísimo suicidio,
luchas por dioses tallados en el mármol
de corazón hecho de una pieza de cartón.
tu verdad no vale más que un lamentable recuerdo
y que tú no eres capaz de disponerte a olvidar
porque eres incapaz de soltarte del pasado,
de otra forma no te hayas a ti mismo un sentido.
las ilusiones quebrantas,
las ilusiones destruyes,
las ilusiones abandonas,
las ilusiones no te sirven,
las quemas, las rompes,
las pisas, las callas,
las olvidas, las cortas,
las ahogas, las derrumbas,
las tallas, las deformas,
se hacen polvo y desvanecen.
solo entonces tu pereces
y superado te convences.
pero eres un anciano, una víctima del tiempo,
un humano mutilado sin razón ni pensamiento. |