Me sumí en ese mundo y me embarqué
en océanos de palabras y sentimientos,
exprese fielmente horrores y amores
que alguien contó através de mi
pues yo nunca los sentí ni busqué.

Volaban a mi mente recuerdos que no viví
y a mi alrededor revoloteaban
una procesión de bailarines muertos.
Adoré, sin saber, a lo que temí,
hablé de él y de sus obras,
o quizás trate de dejarlo al descubierto.
Lo único cierto es que lo besé,
me huhndí en esa oscuridad en que lloré,
el tiempo pasó demasiado pronto,
para cuando me percaté ya era tarde.
La frialdad que me sirvió dee inspiración,
para poemas y salmos traicioneros,
para cuentos , historias y pensamientos,
las sombras que alimentaron mis sueños,
con las que jugué creyendo que yo ganaría,
me hicieron caer en mi propia trampa,
me llevaron a aclamar al poder que rehuía;
no directamente ni con cánticos,
ya que mi pluma sirvió de conducto inconsciente
para invisibles aquelarres entre estrofas
enmarcadas en su luz que no brilla.

Entendí tarde el asombro que me causaba
crear poemas y canciones que jamas me ocurrieron
pues no era yo quien escribía.