LO QUE SOY YO DENTRO Y FUERA DE LA PLAZA DE TOROS
Y que no es, en realidad, benevolencia alguna, sino inmisericordia feroz en la necesidad lógica, funcional y utilitaria de otros.
Yo-esto es el buey-en cambio, soy-en el buen sentido, bueno, por el respeto-y ternura-que tengo hacia mi mismo-y por ende necesariamente al prójimo:
Que no hay lo uno sin lo otro.
Y no utilizo de forma tan ruin a ningún ser humano, ni siquiera conceptualmente; verdaderamente, no tengo derecho a ello ni soy tan importante yo como para basarme ni teóricamente en el desden respecto a la suerte vital de otras seres humanos aun a causa de una supuesta ceguera en que viven.
Ni eso me exonera de su suerte.
Soy verdaderamente independiente y no concupiscente por ello en mi individualidad, siempre como necesidad, al mismo tiempo, del otro.
Y esto nunca realmente me lo han tenido que explicar nadie.
reconocimiento y resolución
Soy un incansable buscador
y no mendigo
para mí no existen los frutos prohibidos
comparto con apostatas y herejes
si quiero beber
formo un cuenco con mis manos
tengo por aliados
a un colibrí quien se encarga de bocetos y trazos
y una flor de loto que hace las veces de tintero
son vecino de aquel de ha sido excomulgado
me hice una noche amante de ariadna
y me autorizo para seguir los senderos
más intrincados
a mí encantan los laberintos
los crisoles que redimen
y los arboles que no dan frutos
pero se adornan con collares de pájaros
asiste al nacimiento de la concordia
que es la raíz de todo sentimiento fraterno
y de armonía
hija de la belleza arquetípica y del coraje guerrero
Soy el más creyente de los ateos
por que entiendo la religión más allá
de cualquier aspaviento de superstición y dogma
no le tengo miedo al conocimiento
es simplemente religar volver a unir
aquello que nos parece inconexo
Sí, siento, pienso y hago a partir de ahí existo
y reconozno que muchas veces la he...
siempre me han gustado los caminos estrechosy escarpados
Me guía un faro vertical y sereno en cuyo centro arde una inmarceble llama sin pábilo ni combustible soy amigo del asombro y levantando escombros me hice alfarero...
Texto agregado el 01-02-2014
Comentario:
Está presente en el texto una serie de términos que solo tienen significado dentro de la misma lógica mutalmente determinante de la iglesia como dicotomías entre lo bueno y lo malo, y lo que está bien o mal, siendo cada término del antitesis lo que define, en realidad, su contario, tal es la relación entre ambos.
Un ateo o alguien libre realmente de tales constricciones lógicas es dudoso que se definiera con un término sujeto como contrario dentro de una lógica que no comparte ni es la suya.
Deducción preliminar y tentativa: el autor no es realmente ateo ni tan libre como se declara en el texto de aquello de los frutos prohibidos precisamente como tal, esto es, como prohibición puesto que da valor de hecho a la dicotomía entre lo licito y lo que no lo es, o al menos se sirve de un lenguaje que si se basa en esta diferencia.
Y corremos el riesgo, según nuestras pautas de deducción, de que estemos delante de un texto que, en su esencia y en cuanto a su sentido ultimo, se mofe de aquello que precisamente dice que es, esto es, un buscador, tacitamente librado en algun sentido de algo que de hecho y segun un logica insinuada y mas profunda, deba ciertamente restringirle;
Y esto es un riesgo, además, para nosotros como críticos que analizamos no solo respecto a lo que por ahora son solo indicios sin comprobar, sino también a causa de el hecho de que aquí y ahora, ante este contexto de textos como colección todos del mismo autor, sospechamos-claramente-de una base como visión ideológica verdaderamente cristiana-y no solo espiritual-a pesar de que no menciona directamente a dios ni Cristo en ningún momento.
Sea-por ahora-como sea, se establecen, según nuestros propios prejuicios una verdadera contrariedad respecto a todos los soportes en cuanto tensión dialéctica que están en el texto:
Que el el buscador no es realmente tal;
Que es en verdad un mendigo;
Que el que no existan los frutos prohibidos para él es en verdad reprobable;
Que las manos-el cuerpo y la corporeidad-no son aliados del que fiarse en verdad;
Que soy caprichoso, ligero y vanidoso en mi naturaleza como colibrí;
Que es reprobable-verdaderamente execrable-que yo me haya autorizado a mi mismo en cualquier sentido;
Que los laberintos y los crisoles son en verdad una quimera;
Que lo mío, por todo esto, debe ser realmente el el árbol que no da fruto…
Todo ello siendo-típicamente, en realidad-los argumentos básicamente tópicos dentro del inventario manido de pretensión y adoctrinamiento intelectual-ideológico envangelista, desde luego.
Pero presente, además y con todo, está la reclamación de un espíritu positivista y respecto a la ciencia en general-¿quién es el zopenco que da la espalda a la ciencia occidental en origen, hoy en día, hombre?-que pretende hacer suyo también por medio de una especie de aspaviento filosófico bastante kitch e corriente-light es la palabra que utilizamos ya todos.
Y esto siempre con el mismo fin de erigir un gran misterio y asombro, según la percepción humana, respecto al mundo natural y la comprensión compleja de el por parte del hombre, pero subordinandolo, en toda su grandeza, a el que lo ha ligado y unido orginalmente y en todo su enigma y misterio-como el gran tejedor-que es dios o otra clase de todopoderoso al que una vez más no nombra el texto abiertamente.
Que los caminos estrechos y escarpados no los queremos, en principio, nadie; y no nos queda nada claro si es positivo finalmente este alfero de escombros que sale al final.
Y como no nos fiamos-debido ahora a una ambiguedad sutil pero generalizada por todo el texto como entramado-nos reservamos en nuestro juicio mas definitivo:
Pero que esto no pinta nada bien respecto a la sinceridad intelectual-y moral-del autor.
Y esto de que el misterio del mundo natural y nuestra dificultad y confusión ante ello es precisamente lo que permite a uno seguir postulando la existencia de dios, así salvando la ciencia en realidad para los creyentes (en lo que son ellos y en su sentido espiritual) es una cosa con la que una parte del elite-y no tan elite- cultural norteamericano lleva décadas dando fuerte sobre las mentes sobre todo de los jóvenes;
De hecho fue la primera vez, en realidad y hace años, que me encontré delante de una jugada sibilina y ciertamente deshonesta-o al menos interesada en un sentido intelectual-el primer episodio como si dijeramos de muchos más posteriormente-pues tu problema de hacer compatible la ciencia con dios es un problema exclusivamente tuyo.
¿Por qué te sirves, en este sentido, de mí, maestro?
Y así seguimos.
TELARAÑAS
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