En el Desierto -Soy el genio de la lámpara, ahora eres mi señor Alá ad-Din no podía salir de su asombro -Te voy a conceder tres deseos -Creo que con solo uno estaría satisfecho -Si ese es su deseo, mi amo, no tiene más que solicitarlo -¡Quiero ser feliz!- suplicó el árabe OTREBLA
Texto agregado el 17-02-2014, y leído por 192 visitantes. (3 votos)