Febrero 2014. Si regresas, sólo si regresas…
... No sé si en algún momento te habrás dado cuenta de lo que has significado para mí a través de los años.
Conoces mis ideologías, mi vida, mis luchas, y que aún en la distancia, tengo que sentirme feliz en tu presencia.
Nunca te digo adiós, ni tengo que esperar tu llegada, pues nacer y morir es lo mismo si las palabras no se atascan.
Y yo, la que te quiere, cierro los ojos esperando retazos de una semana incierta.
Mientras, transporto el mundo en los brazos y la luz ciega mi búsqueda, apagando la tortura que me causa pensar en ti.
En la nostalgia, llega un invierno vistiendo grises envejecidos y una fuga de vestidos de muñeca.
Invisible abraza los atardeceres con risas y roces; se reafirma sin apatías, por esa razón, nazco y muero en cada línea.
Por eso me cubro de un viento que me enfría el alma, ese en el que la vista se nubla por el cansancio del tiempo.
No puedo ser libre y me despierto soñando que el mar silencioso me acuna.
Ven, vamos a desenterrar el tiempo, he sabido esperar con elegancia, vibrando sola en mi entusiasmo, hasta que nuestros cuerpos se unan en lujurioso deseo.
Si regresas, verás mi boca esperando indecisa.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar donde te digo: Si regresas, sólo si regresas, sabrás que hay algo que no deseo: una vida sólo de sueños y carecer de ti.
Andrea Guadalupe.
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