No hay ni un solo momento del día
En que no deje de pensar en ti.
Mi vida se torna color de rosa
Cuando sueño despierta que besas mi boca.

Mis ojos empiezan a dirigirse
Hacia la lejanía del horizonte que nos separa.
Comienzo a fantasear con esos brazos
Hundidos en caricias con los míos.

De repente alzo la vista
Y te veo en la oscuridad,
Iluminando mi vida
En el bello atardecer.

Me hundo en aquel profundo mar
Que me brinda tu mirada,
Saciándome de ese dulce amor
Con el cual has llenado mi alma.

El sonido del viento nos entona
Una serenata con ternura;
Serenata que poco a poco
Nos enamora con locura.

Permíteme besarte
Y poder sentirte mío.
Olvidemos la distancia
Que carece de relevancia.

Abramos el corazón
Arriesgándonos a amar,
Pues un amor como el nuestro
No se puede comparar.

Regálame tus labios
Y que sean solo míos.
Satúrame de amor,
Acaríciame con pasión.

Aunque sea solo una fantasía
Que deambula por mi mente,
Igual siento que estás aquí;
Siento que puedo verte.

Ya casi es hora de despertar
De este sueño inolvidable
Y al volver a la realidad
Ver que aún estás distante.

Pero no importa, cariño mío
Que nuestros cuerpos no podamos palpar,
Pues nuestros pensamientos en la lejanía
Se acarician sin cesar.

De repente abro los ojos
Y veo que ya no estás aquí.
Vuelvo y miro al horizonte
Añorando que vuelvas a mí.

Permanezco en este anhelo
Que consume el corazón:
Que en el altar y delante de Dios,
Consumemos este amor.

Espero que hayas comprendido
Con estos versos de amor real
Que te amé, te amo y te amaré
Por el resto de la eternidad.