La rutina diaria lo tenía un poco estresado y acongojado, a su edad sintió una monotonía diaria que no lo motivaba para nada, salir de la casa al trabajo y del trabajo para la casa todos los días, meses y años era lo mismo para él, un día meditando cuando se encontraba sentado en el autobús pensó: “así es la vida, todo un rutina diaria, no tengo porque quejarme”, se casó un poco joven de esa relación había nacido un hijo al cual quería mucho, también a su esposa el amor era incondicional para ella, en su mente pasaban recuerdos de cuando era adolecente, joven, de como una decisión tomada por sus padres lo obligaron a estudiar una carrera universitaria que no le agradaba mucho, pero al final fue esta carrera la que le dio un trabajo estable, del cual mantenía a su esposa e hijo, “más adelante estudiare otra cosa, si el tiempo y el dinero me alcanza”-dijo-
Pasaban los días y la monotonía se había vuelto una amiga fiel, -debe ser la edad que tengo, a muchos les pasa eso-pensó-Un día en particular el hijo solicito que en la casa contrataran una cuenta de internet, esta serviría de mucho para elaborar las tareas, hacer investigaciones y demás actividades escolares, lo discutieron ambos y tomaron la decisión de hacerlo, ya que tenían una computadora lo único que faltaban era la conexión a internet, otro día la compañía que provee el internet hizo la conexión y desde ahí el uso de la computadora fue toda una aventura para los tres.
Ahora para distraerse miraba en el internet los periódicos, las noticias, los deportes, videos y había abierto una cuenta en una red social, todos los días era la misma rutina de navegación: los periódicos, los deportes y entrar a la red social, dentro de esta había descubierto amigos a los cuales tenia años de no saber nada de ellos, compañeros de la universidad y amigos que ahora vivían en el extranjero, encontró a una persona con la cual había tenido un noviazgo muy largo, poco a poco fueron entablando comunicación por la red social, una sensación de recuerdos encontrados sintió en todo su cuerpo, “con solo hablar por red no creo que este malo”-dijo un día-las charlas continuaron y se fueron haciendo más largas y amenas, ahora un sentimiento de culpa lo embargaba cada vez que se comunicaba con esa persona; un día estaba solo en su casa se conectó a la red social y la otra persona estaba conectada también, chatearon y la conversaron fue un poco más allá, recordaron los momentos de su noviazgo, fue tanta la conversación que ambos quisieron dar un paso más, se pusieron de acuerdo para verse uno al otro, concordaron un lugar, el día y la hora, después ambos se desconectaron de la red.
Esos días sentía una angustia y a la vez un sentimiento de culpa lo embargaba, dentro de su mente la ambigüedad de la decisión lo acompaño durante esos días, -bastaba con solo decir no y problema resuelto-pensó; ese día en particular sintió un temor acompañado de una angustia corporal, estaba en la parada del autobús y dejo pasar dos autobuses, aunque no entendía porque no se había subido a ellos, espero al tercero y se subió, este lo dejo cerca del lugar donde se habían puesto de acuerdo con la otra persona, se bajó y camino un poco dando dos vueltas en la cuadra, cuando al fin se decidió notó que había llegado unos minutos tarde, en el lugar acordado no había nadie, la angustia junto con el sentimiento de culpa desaparecieron de inmediato, dio la vuelta y tomo otro autobús de regreso a casa.
Pasaron los días y el sentimiento de culpa junto con el remordimiento habían desaparecido, no quería entrar al internet en esos días, no lo hacía porque pensó que un mensaje que decía: “me mentiste” estaría en su muro, pero tomó la decisión y entró al internet, en la red social no había nada porque alarmarse, parecía que todo estaba normal, miro sus mensajes junto con sus contactos, reviso la lista de contactos uno por uno y cuando estaba en la cuenta de la persona con quien habían quedado para verse, él puso el cursor en el cuadro que dice: “eliminar contacto”, divago un poco y antes que él le diera click para eliminar el contacto, otro mensaje salió de inmediato en su cuenta, este decía: “esta persona te ha eliminado de sus contactos”, sintió un poco de enojo, pero a la vez un alivio que nunca había sentido antes, -tome la mejor decisión-pensó, solo le quedo la duda si la otra persona había tomado también esa decisión, dentro de si pensó que si la había tomado.
Un día hablando con su hijo éste le comentada sobre el noviazgo que tenía, de cómo estaba la relación con esa persona, el padre al verlo muy emocionado le dijo:
-Están enamorados los dos-
-Completamente-le respondió el hijo.
-Eso pasa con el primer amor-dijo el padre-pero a veces hay que darse otras oportunidades-
-¿Cómo fue tu primer amor?-le pregunto el hijo.
-Fue bueno, pero no duro mucho, después tuve otras novias, luego conocí a tu madre, me enamore de ella y nos casamos-le contesto.
-Te acuerdas de ella-le comento el hijo.
-Pues no mucho, ya ni me acuerdo de ella, era del colegio, creo-le dijo.
-Si no te acuerdas en la red social podemos buscarla para saber que ha sido de ella y ver como se encuentra ahora-le dijo el hijo.
El padre divago un poco para darle la respuesta a su hijo, sintió un poco de temor, pero le contesto:
-No gracias, prefiero mejor tener los recuerdos en la mente, con eso me basta-