Se araña esta alma penitente se arrastra las heridas a su cinto cuan rastrojos de siluetas pasadas roídos en los ropajes de su ser. Así danzamos en la larga caminata de la vida. Arrogándonos lo que no se arroga.
Texto agregado el 13-02-2014, y leído por 99 visitantes. (0 votos)