Sin Lágrimas

Cuando pienso en qué es lo único que me ha sido incondicional en la vida, se me viene a los labios el sabor de la tristeza. Ese que portan mis lágrimas en cada angustia y que se han convertido en quasi un vicio.

Y hoy que me siento cada vez más ínfima, siento que no pudo desgarrar mi llanto y echar afuera las lágrimas para desahogarme de una vez por todas..

¿Será que me he insensibilizado?

Al parecer, tus palabras me han endurecido hasta perder lo que era más mío.

Y Ahora no puedo liberarme de este sentimiento! … Quizás esto me lleve rumbo a la perdición porque ya nada está a mi alcance…

¿Dónde quedaron mis lágrimas?

Al fin lograste que me deshiciera de ellas, ¿era eso lo que querías?

¿Qué más quieres que te entregue?

A veces creo que sólo a esas pequeñas gotas saladas, les debo lealtad. Pero, al parecer, hasta ellas me han abandonado.

¡Si ya no puedo hacer que quien yo quiero, me quiera, al menos pido que vuelvan a mis ojos esas lágrimas que un día fueron mías!

¡Exijo ese derecho, sólo pido la satisfacción de volver a sentir una lágrima sobre mi rostro! ¿A caso es mucho pedir?

Y ahora que los días pasan, sólo espero despertar la posibilidad de que la angustia recorra mi rostro, una vez más, para desatarme de las amarras que no me dejan sentir la libertad de pasearme por Mi abismo escondido tras las sombras de la “felicidad”.