¡¡Sorpresa!!


Marina llegó de Centroamérica a Nueva York como muchos otros. Por tierra, entrando por el “hoyo” ayudada por un especialista, desembolsando una buena suma.

Cruzó México de sur a norte.
Sobrevivió al desierto y atravesó el país hasta llegar a la Gran Manzana.
Consiguió trabajo etiquetando cigarrillos.

Era astuta, engatusó a alguien con ciudadanía, quien enamorado le propuso matrimonio.

Después de dos hijos, Marina pensó que ya era tiempo de develar su secreto
Sutilmente confesó tener un hijo en su país.

Enamorado y bondadoso, él aceptó, incorporarlo a la familia.
Tan buen corazón tenía que también aceptó los otros cuatro…