Me arrojé al superfluo mar
y entre el fuego y tus rasgos
quise escribir
cómo habías entrado
y cómo habías sido más que margen
no pude dejar pasar la sangría.
Texto agregado el 10-02-2014, y leído por 171
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Lectores Opinan
12-02-2014
En su paseo por la poesía, los estructuralistas dejaron ese feo andar mirándose la sombra, que en este texto se presenta como un juego más de mirar el ojo en el espejo que refleja al ojo que por mirarse deja de ver la luz que permanece.
Por si no se entiende: es basura. omeros