No hay nadie en casa,
¿Por qué miras por la ventana?
Si quieres, pasa,
pero entonces no habrá mañana.
Yo escribo, tú lees,
esas son todas las reglas,
solo lo hago para que te enteres
de lo que hay tras las rejas.
Y ya que has entrado
déjame darte un paseo
por el lugar que has encontrado,
¡Por este enorme mausoleo!
Aquí yace muerta tu infancia,
y aquí tu inocencia,
te espera con impaciencia
el espíritu de la desgracia.
Los dejaré que se conozcan,
en aquellos corredores.
Verán cómo chocan,
¡Y yo haré los honores!
¿Recuerdas esa vez
que por tu mente pasó
aquella estupidez
que tu mundo cambió?
¿Recuerdas a aquel
que ayudaste sin más
determinada vez,
en determinado lugar?
Uno es la piedra del otro,
él te quiere apresar,
entre pesadillas y sueños rotos,
te habrá de matar.
Y tú lo has conservado
durante años por ser diferente
lo conservabas encerrado,
porque lo creías demente.
Ahora que están solos pueden conversar
ahora hablen, vean como están,
hablen todo lo que puedan hablar,
pues ya los presenté: ¡Son bien y Mal! |