Inicio / Cuenteros Locales / roblongwood / Perro negro
A la una de la mañana me truenan los huesos, me chasquean los dedos y repito el coro de cuatrocientos demonios que gruñen por convocarte. Me pasa que estoy tirado en el piso y escucho crujir el techo. Y no pasa nada. No pasa nada porque los rituales no son lo mío y porque tengo los dedos entumidos. Mis perros me dicen que ya no te piense, que no tiene caso, que te olvide y que me de un baño. Quisieran enseñarme el arte del amar sin condiciones, a identificar olores y morder quedito a los niños; pero tienen miedo, de que pases un día y me desviva por ladrarte, temen que seas el auto, el cartero, el abonero del sombrero chistoso o hasta el señor de la basura que anda todo apestoso. Mis noches a la una, son cuando muerdo la luna, cuando recito a Pessoa y me dan ganas de morirme como Poe, que enloquecido por Nietzsche le envidio el pito a Freud. Y cantando nuevamente en coro, con los cuatrocientos demonios, me doy cuenta que me falta mucho para ser quien soy, pero me falta más para ser quien quiero ser contigo. Pero ladro más fuerte y siento que me falta muy poco. |
Texto agregado el 09-02-2014, y leído por 97
visitantes. (1 voto)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|