Cruzó la extraña comitiva, de camino a Barcelona, la encrucijada que dicen de Levante, haciendo propósito de seguir tal camino a la vuelta. Dos meses después, abonados por las nuevas experiencias y con ánimo de cumplir el deseo, se adentraron Quijote y Sancho en la tierra que llaman de la Manchuela( por no ser propiamente Mancha, pero no andarle tampoco largo), aunque de ello no den cuenta los libros.