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Inicio / Cuenteros Locales / buey99 / EL JUEZ DE INSTRUCCION Y EL DILEMA DE LA LEGITIMIDAD ANTROPOLOGICA

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EL EJERCICIO DE UN PODER POLITICO DE PEDAGOGIA:

UN IDEAL (ORANGE)

1)El concepto de legitimidad respecto a una entidad de poder de cualquier naturaleza o clase-bien política, artística, cultural o generalmente semiológica en sustancia-¿qué forma de poder no lo es, en el fondo?-añade la muy necesaria conveniente de que el individuo contempla de forma tácita y permanente ese poder desde la aceptación esencial;

Y aceptación no es siempre apoyar, favorecer, y ni siquiera aprobar totalmente, pero sí reconocer y respetar en esencia y de alguna forma.

Pero legitimidad respecto al ejercicio y dominio de una entidad o grupo de personas sobre otras implica-en el manejo que yo le doy al término-la contemplación necesariamente racional por parte de los individuos que al final acepten relacionarse de hecho con es ejercio de poder como alguna clase de dominio sobre ellos mismos.

Sin embargo, surge el dilema en cuanto a este asunto con la comprehensión por parte del observador de que un afianzamiento semiológico no tiene porqué figurar como conceptualización racional en la conciencia ni moral ni intelectual del sujeto;

Que existe-siempre-en cuanto a esto de configurar e incidir de alguna manera en la visión del mundo que tienen las personas-la de facto imposición de unas coordinadas de valor existenciales y morales por medio, en rigor, de la percepción humana-através de los sentidos humanos de percepción-y no necesariamente pasando por unas facultades racionales y cognitivas que decimos mayores o más altas que serían el análisis y raciocinio lógicos y analíticos de una conciencia que decimos del yo y neta y exclusivamente humana.

Y la legitimidad en sentido político amplio se transforma-se transviste- en una duplicidad entre un nivel público y consabido-y muchas veces puro cliché-y otro tácito, oscuro y pocas veces nombrado pero que se afianza crípticamente y al final como verdadero centro velado y aglutinador de los colectivos humanos.

Con decir que es la banca, la NSA o los intereses oligárquicos-militares-corporativos de siempre que están detrás como verdadero puño de control, fantasma y rector, no es en realidad suficiente ni completo como descripción de un mecanismo nuclear, de hecho, de la cultura antropológica en sí, actualmente y a lo largo de la historia humana en su totalidad, desde al menos la agricultura;

Y su base subyacente-su sustrato-es ni más ni menos que la psicofisiología esencialmente mamífera del ser humano quien es, además, cognoscente.

2) El carácter intensamente cauto del hombre, como clave adicional de su mismísima supervivencia histórica y como especie, nunca pudo soportar las fuerzas-también intrínsecas del ser humano-de traspasar todo límite percibido por él como trazado en su contra, respecto a su existencia y propio significado-y esta fuerza icaroiana desde luego-adquiere su mayor cariz de horror cuando atente potencialmente y en su percepción contra los fundamentos como pilares de la posibilidad misma de un bienestar diurno y esencialmente monótono de la cultura en sí, como atestigua-más bien con poco esfuerzo, la verdad-el análisis en profundidad de cualquier colectivo humano histórico a través de los credos, psicológica y socialmente rectores después, claramente, de la agricultura.

Y no hay amenaza más negra-cósmica y deiforme-que la anticipación como percepción del creciente ímpetu de un ataque en este sentido sobre la manada social-como la voz de justicia, revolución o simplemente de coherencia que a lo largo de la historia-inevitablemente y en multiples contextos humanos y antropológicos-surgen de forma permanente, en realidad, como reflejo y dictados en su esencia por la configuración psicológica y fisiológica del ser humano dentro de su natural impulso de no aceptar los límites que se perciben, injustamente o no, impuestos sobre el.

Porque el hombre, en su psicología y fisiología es Orión, y como tal no puede desistir de forma definitive de la vida y modus vitale del cazador, tanto individual como colectivamente, en el fondo.

Y su problema-nuestro problema-es la naturaleza nuestra de la que no podemos, obviamente, escapar, sujeta, sin embargo, de repente históricamente por las circunstancias como imposción de la vida colectiva compleja, a partir de la agricultura.

Culpar de ello a la agricultura-la tecnología como medio de transformación material y por ende social también-a la manera que lo hizo el Unabomber-no es de rigor-ni siquiera intelectualmente-pues los advances técnicos historícos del hombre nacen como producto simplemente de su particular calidad de racional y observador, como buen rastreador-salvaje e inmisericorde-que es en su ánimo vital de ser através de la imposición.

¿Conoces a alguien quien, siguiendo ahora la lógica y coherencia mas estrictas, haya llegado a proponer suprimir el verdadero enemigo del hombre histórico que es el hombre histórico en sí, en su propia naturaleza racional?

Tampoco sería de recibo, desde luego, aunque sí lógica y analíticamente correcto no cabe duda.

He aquí el abismo que existe entre una razón humana científica-intelectual, y la ciencia positivista contemporánea a secas.

3) Ante la imposibilidad histórica de imponer necesariamente por la fuerza la razón científica-intelectual-esto es la simple empero árdua coherencia humana-sobre la experiencia real y colectiva de la humanidad, y así librar al hombre de su gran tara que es simplemente su propia piscología, parece de simple rigor lógico una conceptualización necesariamente pedagógica del ejercicio de un poder terrenal y político-verdaderamente acorazado en su extensión global y ciertamente totalizador;

Ejercicio cuyo fin primario a la vez que último es la existencia de grandes ámbitos colectivos y antropológicos forajdos en su basamento como fundición sobre el conocimiento del hombre simplemente de sí mismo.

Por razones evidentes esto históricamente no pasó nunca de ser un punto referencial claramente utópico, sobre un horizonte lejano y de posible promesa futura, siendo precisamente por eso una variante más al final de una motivación causal puesto no detrás sino delante del hombre a la manera de cualquier mecanismo de alguna forma mesiánica que no tenía otro efecto, en realidad, que condicionar el presente que no era poco, ciertamente, por cuanto establecía, por lo menos, una tensión necesaria y vital en la que habitamos a lo largo de los milenios.

Sin embargo, como heraldo de una especie de buena nueva-¿en qué otra cosa puede consistir, en realidad, el conjunto de estos espacios textuales míos (Oxi22-buey44-buey99) si no?-afirmo que de utópico pasa ahora a ser un ideal-real como tal-pero potencial y en ciernes.

Afirmo, digo, que el contexto técnico real en la que vivimos como humanidad es otra actualmente, no acorde del todo con la comprensión estándar-o incluso más que estándar-que como colectivo global tenemos de ello también actualmente;

Que un pronunciamiento de esta clase-siguiendo estas líneas-no tendría sentido si no incluyera claramente unas posibilidades técnicas más allá de lo científicamente consabido como acervo técnico-intelectual del hombre, salvo-claro-como farsa, parodia o ficción literaria de alguna clase.

Y precisamente la imposibilidad técnica-y la siniestra laguna que por tanto ha resultado históricamente respecto al conocimiento del la relación entre, simplemente, la fisiologia y psicología del ser humano y los contextos colectivos antropológicos que ha habitado el hombre, constituye en verdad la mayor-la más colosal-de las frustrataciones de la experiencia humana sobre la tierra:

Una suerte de tragedia, en realidad, que ha mantenido al hombre reducido permanentemente a un estado vital básicamente imberbe e infantil en el plano colectivo y en cuanto a la dirección-o total ausencia de ella-que han tomado las sociedades humanas, jamás capaces como tales de superar la violencia innata y nuclear-tejido de su mismo fabrica-del ser humano, sobre todo-sin duda-del varón.

Ineludiblemente no hay más opción que ejercer enseñando, a través de un modelo de rección de coherencia, constituyendo finalmente una legalidad nuclearmente personal en lo social, basado-en todo su primicía-sobre y ante todo en la dignidad del individuo empezando, naturalmente, por la de uno mismo.

Ineludiblemente perentorio asimismo es la fuerza como imposición pues no ha lugar para criterios multiples y verdaramente babilónicos respecto a los trazados maestros de una, digamos, obra de tales dimensiones y enjundia, siempre que las lineas maestras acaben creando espacios reales de libertad como plenitud humana, acorazados, asismismo y a partir de entonces, en su permanencia evolutiva y diacrónica a través del tiempo.

Y en este sentido la imposición, en su percepción por parte del ser humano, es solo tal hasta la aceptación, a trancos y barancos quizás y al principio-y a través necesariamente de una muy intensa frustración personal como proceso arduo de maduración vital e intelectual que solo empieza y culmina, en realidad, a través del esfuerzo individual del sujeto, por el sudor de tu propia frente, como si dijeramos.

Y si tu quieres, al final y en realidad.

Pero la promesa solemne del maestro-que no te quepe la menor duda y desde el primer dia-es que querrás;

Que el maestro no desiste nunca en este sentido, como bien habéis podido comprobar hasta ahora.

4) Y de nuevo llegamos al asunto de la legitimidad que no es otra cosa al final que vuestra responsabilidad personal, que no es “moco de pavo” en esto del cotejo de los sistemas, contextos y mecanismos políticos a lo largo de la historia humana:

Que nuestra legitimidad en el ejercicio de un poder real sobre los contextos antropológicos del hombre es el sentido vital de responsabilidad personal por parte del sujeto-objeto de ese mismo poder, una vez que el o ella haya aceptado doblegarse a sus dictados.

Asombroso, ¿verdad?

Sopesen, respecto al conjunto de lo aquí postulado, todos las previsibles implicaciones de una cosa así, antes de echar mano de lo que tengan a mano a modo de proyectil que tirar como fruta, vegetales o huevos podridos y no utilizables.

Y habrá que convencerles, claro-pero a la manera de un doctorando a sangre, fuego y lagrimas, en un sentido y plano vital y psicológico, simplemente:

Que mi interés es en vuestra libre albedrío como racionalidad, coherencia e integridad humanas.

Empecemos pues.




Texto agregado el 08-02-2014, y leído por 131 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
09-02-2014 http://www.elboomeran.com/blog-post/11/14193/vicente-verdu/el-deseo-de-cult ura/ oxi22
08-02-2014 Y lo incluyo al opinador del dia Mr Atanasio polorecayte
08-02-2014 Vamos ...que cosas complicadas ponen...ustedes creen lo que escriben ? polorecayte
08-02-2014 teniendo esto como base quizás nuestro furtivo cazador vea sublimada su naturaleza, permitiendo así acceder a nuevas esferas de la expresión humana, en todos los ámbitos de la vida y de forma integral, dando paso a un caudal racionalizado de manifestación de las estructuras que conforman todo el circuito del dinanismo existencial... un proceso de coherente de asimilación y no de aceptación simple y cándida tan propia de un vegetativo ser enclaustrado en el fondo de sus instintos.... atanasio
08-02-2014 esa muchedumbre interior que innegablemente lo tiraniza la mayor de las veces, y lo llevan aceptar un dominio de manera inconciente, ya que no cuenta con la verdadera instrucción, esa que libera... en este momento histórico es evidente que se han roto los lazos de unión y reciprocidad que vincular al individuo y el estado... una real y aunténtica retroalimentación social que sostiene los sistemas y evita los quistes de corrupción... atanasio
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