Las sanguijuelas ahora ya no quieren ser sanguijuelas y se han disfrazado de imanes para atraer al gordo glóbulo rojo. Pegadas a él están todo el día.

De mucho succionar su sangre les ha crecido un cariño interesado tanto que ahora es su mascota preferida. Le han mentido al pobre gordo glóbulo rojo y le han dicho:
-Seremos los mejores amigos mientras tú nos des tu sangre. Eso es la verdadera amistad, tú te sacrificas por nosotras lo demás no importa.

Pobre gordo glóbulo rojo, él que era él que más resaltaba de entre todas las glóbulos, pensó cumplir un papel muy importante en el cuerpo del hombre que estaba alojado. De lo gordito que era, cada día se volvía enteco. Las sanguijuelas felices después de su festín sangriento completaban su ritual bailando encima del cuerpo de su nueva mascota.

Después de mucho tiempo cuando el pobre glóbulo gordo ya no tenía sangre, decidieron matarlo pues ya no tenía ningún provecho para las sanguijuelas. Éstas al no tener una mascota que les lama sus cuerpos y que les haga pleitesía, decidieron conservar su piel y usarla como vestidos de fiesta en honor del pobre gordo glóbulo rojo tonto. Que creyó firmemente que la amistad es sólo dar más nunca recibir.

Moraleja:
Una verdadera amistad es sólo la que enriquece a los dos amigos. Aquella en la que el uno y el otro dan lo que tienen, lo que hacen y sobre todo lo que son.