El hecho fue ocurrido en casa de uno de los familiares. Una noche cuando todos estaban reunidos en familia, mientras unos niños jugaban en el patio. Era una reunión familiar, siempre se leía la Palabra de Dios.
El niño llamado Juan Carlos, ese mismo día cayó en cama enfermo de una fiebre muy alta con malestares en el cuerpo (había caído de repente, fue y se acostó en la cama). Al darse cuenta su abuela lo llevó al médico de emergencia. Todos estaban desesperados que no hallaban que hacer, salían caminando o corriendo con las manos puesta en la cabeza. Decían que tal vez era que el niño había tomado algo que le hizo daño u otros pensaban que esa era la nueva gripe de ahora, que viene con fiebre alta y dolores de cabeza o en alguna otra parte.
El niño duro 3 días interno, su abuela lo visitaba, ella se llamaba Inés. Luego al despachar el niño con tan solo 7 años de edad, estando en casa, todo estaba tranquilo hasta que de un pronto le llegó una vez más y muy grave, se quedó sin respiración, sus pulmones se taparon, Inés lo cargó en sus brazos, duró unos breves minutos con vida, al instante murió (se suponía que era uno de los ataques que les suele dar a las personas). Desde ese momento se veía el llanto, el llorar de los familiares que tanto querían a Juan Carlos, siendo un niño inocente y que muriera así de un pronto. Buscaron el ataúd. La familia sufriente y dolorosa, sin ánimo, sin fuerza alguna, sus ojos rojizos con sus lagrimones.
Hicieron oraciones y cantos entre todos para enterrar al difunto, los demás vecinos le daban sus condolencias, poniendo las manos en los hombros. Le decían que el niño está en el cielo, y que Dios lo tenía en un buen lugar... |