MAGNICIDIO
Veníamos preparando el evento desde hacía casi dos años. Se nos ocurrió una madrugada de setiembre cuando nuestros cuerpos no podían absorber más alcohol.
-Tenemos que pensar en grande, hacer algo para salvar al mundo- Espetó Juan Carlos
-¿Y si matamos a Obama?- Sentenció Héctor.
-Excelente plan. Él es el responsable de muchos de los males que nos aquejan, la vida y el futuro está en sus manos.
- Para este trabajo pensé que hay una persona capaz de realizarlo-
-¡Raquel!, respondieron al unísono-
Raquel era aquella amiga de la infancia que hacía sorprender a todos con sus conjuros y pociones mágicas.
Los tres habían cursado los estudios secundarios en el mismo colegio, haciendo estragos con sus circunstanciales compañeros de aula, a los postres, aterrorizados ante las habilidades sobrenaturales de su compañera.
Coordinaron una cita con la entrañable compañera de juegos infantiles, ahora indispensable consultora de empresarios y políticos.
-¡Ustedes están locos!, como se les ocurre tamaña propuesta.
-Mirá Raquelita, tus trabajos son impecables, el mundo está en peligro y sentimos el deber de hacer justicia.
La política no estaba dentro de las preocupaciones de este grupo, que solo pretendía trascender, esta vez por estas burdas ambiciones redentoras para la humanidad.
-Estuvimos pensando y lo mejor es acelerar el proceso de envejecimiento de modo tal que no llegue al final de su mandato -
Lo que parecía un juego se transformó en realidad cuando la pitonisa acepto la propuesta.
Mientras los estrategas de la política internacional urdían planes de dominación, tres jóvenes latinoamericanos, abocados a la tarea de sembrar terror en la Casa Blanca.
Ni bien lanzaron su proclama por las redes sociales, cientos de agentes secretos les alteraron su calma pueblerina sometiéndolos a interrogatorios interminables que solo se detuvieron cuando las autoridades locales clamaron por la libertad de sus ciudadanos.
Todo este alboroto llegó hasta la cadena sensacionalista de noticias estadounidenses USA Style que concedió una entrevista a los impresentables Juan Carlos y Héctor. Quisieron preservar en todo momento al arma que iban a utilizar: los poderes esotéricos de Raquel.
Con escaso poder de convocatoria y un rating para el olvido los jóvenes explicaron que fue una broma de mal gusto disculpándose por el hecho ante el pueblo y las autoridades norteamericanas. Fue una discreta pantalla que inició el camino para hacerse conocidos.
-Un buen comienzo- Enfatizó Héctor
Como era su costumbre, Raquel se recluyó en su antro, rodeada de frascos, esencias y materiales extraños. En la sala, una importante biblioteca cubría uno de los laterales. Dada la imposibilidad de contacto con el mandamás del gran país del norte, lo suyo debía concentrarse en actos mágicos a modo de hechizo. Del “Libro de los Muertos” del antiguo Egipto, extrajo el sortilegio para lanzarle al mandarario y que sellaría su destino:
“Soy THOT, soy Señor de la PUREZA,
Soy destructor del MAL,
Señor de la JUSTICIA y VERDAD
Que dio TRUNFO a OSIRIS
Que da VICTORIA al débil
Que venga a los agraviados,
Y a los desvalidos de los opresores,
Abomino el PECADO “
Sus manuscritos eran elementos de culto, en ellos plasmaba todos los trabajos realizados y a modo de bitácora relataba paso a paso sus avances.
Tomo una hoja en blanco y tituló: “ Muerte en Hawai”, en alusión, claro está, del origen del presidente objeto de su conjuros.
No habían pasado dos meses desde el comienzo del plan cuando una tímida noticia los puso eufóricos: “El presidente de los EEUU fue internado en el Hospital de Veteranos, para someterse a estudios de rutina”
Las primeras imágenes lo mostraban un tanto demacrado, con una mirada perdida, aunque saludando y brindando sonrisas a quien se le cruzara por su camino.
Su esbelta figura comenzó a mostrar rasgos indubitables de vejez, evidenciando una progeria inducida galopante. Se lo veía más flaco, con menos pelo, cara alargada, mentón retraido y sugestivas manchas en la piel.
Asombrados por los avances, los terroristas esotéricos volvieron a reunirse. Raquel llevaba escritas más de doscientas páginas en su diario, de un enfermo, ahora terminal, que era sometido a sus caprichos.
Pocas apariciones en público confirmaban la efectividad de su faena. Fueron meses plagados de informaciones difusas que lo mantuvieron alejado de sus funciones.
Fue a raíz de un viaje repentino de placer a su Hawai natal que algo les llamó la atención. En un escueto parte de gobierno se anunciaba que el mandatario tomaría unas vacaciones y que de paso se restablecería de la ligera afección pulmonar que lo aquejaba.
Algo cambió en las insulares comarcas de los Estados Unidos. Cuando emprendía el regreso, desde las escalerillas de Air Force One un rozagante funcionario saludaba con aires renovados y una lozanía que no condecía con los adustos mohines de su familia.
El grupo de victimarios contaban con un importante archivo con los videos de viajes y conferencias de Obama. Los que repasaron una y otra vez, llegando a una indubitable conclusión de la boca de la mismísima bruja Raquel:
-El que subió al avión no es Barack Obama. ¡Nos quieren confundir, estos hijos de puta, nos quieren confundir!
El doble del presidente asumió activamente sus funciones, en momentos en que sus funcionarios se alistaban en emprender la cruzada contra el mundo islámico.
Hoy sabemos que Barack está recluido en su Honolulu natal, destino de su última morada, que sus restos van a ser enterrados junto a la tumba de su abuela Madelyn, que fue quien más influyó en su infancia y a la que tanto amaba.
Vemos como ser apaga la vida de un pobre tipo que tuvo por desgracia formar parte de una maquinaria del poder y que termina siendo un elemento descartable de la política estadounidense.
Una bruja y sus amigos saben la verdad, aunque reconocen que nadie les va a creer su historia. Se encontraron en un bar a ahogarse en alcohol. Estaban por dar muerte al presidente de los Estados Unidos y el mundo seguía igual.
OTREBLA
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