En el "País del que se yo", los patos alegres saltaban en una pierna mientras los osos se hacían los hombres. Lágrimas humanas brotaban de los cocodrilos cuando vieron que al caballo le regalaron un amo con pocos dientes en un momento en que a las liebres se le escapaban los cazadores. La dama se vistió de seda y le sentó muy bien. Un hombre a los gritos mordió a su perro.
Preocupados por los acontecimientos, los miembros más conspicuos de la sociedad pusieron un grito en la tierra, dejando para mañana lo que estaban haciendo. Quisieron explicar con infinidad de palabras los hechos que nadie entendía.
OTREBLA
Texto agregado el 02-02-2014, y leído por 155
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Lectores Opinan
02-02-2014
jajajajajajajaja,suele pasar los más conspicuos se pierden en palabras y obvian los hechos por muy obvios que sean. elisatab
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