Apúrate mujer,
llegaron las mariposas a compartir tu desayuno
haciendo compañía a las hormigas que observan desde el jardín;
fíjate bien que las ardillas pusieron el mantel blanco
teniendo cuidado que los pericos
no te molesten con su laberintos de voces confundidas.
Apúrate mujer,
antes que el sol despierte y empiece a reflejarse en tus ojos
formando arco iris, destellando perlas,
abrumando a las hojas que se inclinan mansamente
para despertar antes del anochecer.
Apúrate mujer,
hay un estruendo de voces que repiten tu nombre
esperando ver tu imagen en la ventana
y levantar tus manos soltando esperanzas
que festejarán los animales que siguen tus pasos;
y el hombre que te espera todos los días
regresando del río, de la chacra, de donde vengas
con tu carga diaria, con tus sueños a cuestas.