En mis manos llevo grabados los valles y colinas de tu cuerpo
-Cómo olvidarlas-
Y en mis oídos, el jadeo de tu desatada pasión.
Nuestros cuerpos incendiados en noches de interminable placer,
Ahora solo contemplo el lecho vacío
Y un cielo lleno de estrellas.
Texto agregado el 31-01-2014, y leído por 138
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
31-01-2014
QUERRÍA UNO VOLVER A REPETIRLO ¿NO?.un abrazo. gafer
31-01-2014
Mmmm... por lo menos tienes los buenos recuerdos... Excelente... La_Pachamama
31-01-2014
Juraría que ya lo había leído, muy bellas letras. elisatab
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