Capítulo 11: Una Promesa Rota y Un nuevo Juramento.
Enfundada en un sobrio vestido negro, Laura, aguardaba a sus compañeros de equipo, esa tarde sería el funeral de Eduardo. Los hombres con tristes trajes negros llegaron, ya tenían todo dispuesto para velar al muchacho de una forma digna en un país completamente lejano a su patria. Mohamed pese a mostrar su conocida “faceta dura” se veía honestamente afectado y el doctor lucía un apagado semblante, pero nadie le ganaba a la joven viuda, la muchacha tenía una apariencia realmente desoladora, su hermosa piel mate estaba apagada, sin brillo, sus lustrosos cabellos castaños se veían secos y la bella expresión que llenaba de armonía a su rostro se hallaba extinta.
La investigación se hallaba momentáneamente paralizada, no era el momento indicado para que todo girara en torno a una momia. A paso lento y pesado llegaron al cementerio de El Cairo, la tumba del joven estaba algo apartada, por lo que Laura tuvo que prácticamente dibujar un mapa en su memoria para poder recordar la ubicación del sepulcro de su marido.
Con mucho cuidado, los sepultureros depositaron el cuerpo de Eduardo en el nicho, todo esto bajo la vista de los tres únicos presentes.
La joven creía que podría soportar el impacto, pensaba que no lloraría pero se había equivocado a vista de los varones que la acompañaban, Laura rompió en un llanto lastimero, gritaba el nombre de su esposo y de no haber sido por el doctor que la sujetó firmemente por los brazos , hubiera sido muy probable que la muchacha se arrojara al agujero en el que estaba su amado , era como si todo el dolor que Laura estuvo conteniendo en esos dos días , aflorara ahora en un inesperado estado de locura que fue rápidamente frenado por el paternal abrazo de Abdul y una mirada de auténtica piedad que le dedicó Mohamed , él sabía lo que se sentía el perder a la persona escogida como compañero de vida. Por muy extraño que parezca pareció que esa misma mirada fue la que hizo que la joven recobrara la compostura, su orgullo no la dejaba ser compadecida por nadie y menos por ese hombre que tan desagradable había sido con ella.
Era la primera vez en toda su vida que Laura faltaba a su palabra, le había prometido al moribundo Eduardo ni siquiera sollozarlo y solamente pensar en el hermoso regalo que le había dejado, pero, tenía que reconocer que pese a su enorme esfuerzo esa promesa quedó irremediablemente rota. Lo único que le quedaba por hacer era seguir adelante, tenía que proteger al hijo de su unión sin importar que, ese era un juramento escrito con su propio dolor, un juramento que le hizo internamente a su bebé cuando, superada la situación, se dirigía por su cuenta al campamento, pese a las recomendaciones del doctor, él pensaba que lo correcto era que la joven regresara al hotel a descansar , mientras ella sentía que tenía que cumplir como a dé lugar la promesa que acababa de hacerle al niño que llevaba en las entrañas , como respuesta de ese pequeño ser recibió un pequeño primer golpe en la barriga que además de emocionarla al punto de hacerle sonreír de nuevo , le recordó que ahora no estaba sola , era como si mediante a esa muestra de vida él le estuviera diciendo “ No estés triste , si consigues salvarme le devolveré la alegría a tu vida ”. Bajo a esa idea se dirigió con más convencimiento a comenzar su búsqueda.