El pueblo de Villaconejos, dos mil habitantes (en temporada baja) era uno de tantos pequeños municipios españoles, deshabitados y vendidos al mejor postor, que no fue otro que D. Nicanor, de nacionalidad colombiana, magnate de los mayores y mejores puticlubs de Europa, Asia, África, América, Oceanía… y mangante vocacional, que compró el lote por cuatro cuartos (la crisis) y lo convirtió en Sodoma, Gomorra y Gonorrea, el vicio y la perversión se sucedían ininterrumpidamente las 24 horas del día, el juego, las drogas y los lugares de alterne lo colonizaron como hongos que se reproducían a la velocidad de la luz, en poco tiempo se convirtió en uno de los lugares más prósperos y visitados del país, con la complacencia de las autoridades que hacían la vista gorda al ritmo que marcaba la caja registradora (que no hacia otra cosa que... clin, clin,clin).
Las autoridades eclesiásticas ante las enormes proporciones del escándalo, y el caudal de ingresos a los que no podían echar mano (ambas inclusive), comenzaron a tejer sus hilos (de todos es sabido que cuando el clero se pone a tejer….date por...) y consiguieron instalar una sucursal de lo “suyo” en pleno centro del imperio del mal, una coqueta y pequeña parroquia a Cargo de D. Andrés, sacerdote vocacional, ajeno a todo lo que no fuese la salvación... de las almas.
El pobre hombre se desgañitaba en el pulpito ante una concurrencia muy nutrida y mejor alimentada (hay que ver lo religiosos que son los malos) desgranando un interminable rosario de castigos eternos, si no ponían remedio a su licenciosa vida, ¡!pero que si quieres arroz Catalina!! Venga a darse golpes de pecho (a más de uno se le hundió el esternón) pero de propósito de la enmienda, na, de na.
Por lo cual, el cura desarrollo una estrategia visual para disuadir a sus feligreses (dicen que una imagen vale más que mil palaras) introdujo en cuatro botes de cristal transparente sendas lombrices, el primer bote lo lleno con alcohol, el segundo con humo de tabaco, el tercero con esperma y el cuarto con agua cristalina.
Y reunió a su grey, ¡! Hermanos!! grito con voz potente, con vuestros propios ojos podéis comprobar los efectos del mal, la lombriz que estaba en alcohol…MUERTA, la que estaba en humo… MUERTA, la del bote de esperma…también MUIERTA, la del bote de agua (aquí hizo una pausa dramática de varios segundos), ¡!HERMANOS!! Acercaros y mirad…!!VIVA!! Toda la iglesia estalló en un prolongado
¡!OHOOOOOOOOOOOOOO!! tras unos segundos de silencio que D. Andrés dedico a la autocomplacencia (pecado venial), volvió a preguntar QUE CONCLUSION PODEMOS SACAR? Una vocecilla al fondo de la iglesia se hizo escuchar tímidamente: QUE SI BEBEMOS, FUMAMOS Y FOLLAMOS, NO TENDREMOS LOMBRICES?
BASADO EN UN CHISTE
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