El Alba se adentró en el Día con segura irradiación.
La Luz ya era una maestra irreductible a punto de tomar el control.
Los últimos zarcillos de la Noche imaginaban una pequeña y perdida batalla contra las hordas de minúsculos puntos de brillantez que venían por millares desde el espacio pero era sólo un producto de la imaginación, no había manera de detener la gloria del Día.
Se retiraron las Tinieblas, dejando que el manto nocturno, oscuro y sombrío que ocultaba en un índigo tinte indistinto a cada centímetro del cielo cediera el paso al azul de Luz del nuevo Día y se fueron seguidas por las criaturas de la Noche en busca de su guarida para protegerse hasta que la nueva Obscuridad llamase nuevamente a sus puertas.
Sólo la Luna resistió estos últimos momentos de vida, llamando sus fuerzas finales para ayudarla a desaparecer en un requiem regio a la espera del próximo momento en que la luz se perdiera bajo el horizonte siempre imparcial.
Sus últimas chispas brillaron con el esplendor de la Diosa que era.
Texto agregado el 26-01-2014, y leído por 230
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Lectores Opinan
27-01-2014
Preciosas metáforas, en un réquiem muy digno. ***** MujerDiosa
27-01-2014
Una bella descrpción con vivas imágenes de un amanecer.UN ABRAZO. gafer
!Excelente discurso! Buenos recursos literarios, imágenes, metáforas con vuelo poético. Muy bueno. Me gustó tu ensayo. Saludo afectuoso y cinco ***** NINI