Qué pronto se te olvidó
todo lo que hago e hice por tí,
que pronto se te acabaron
las ganas de verme
y hacerme felíz.

Que fácil
se te hace herirme
y dejar las cosas
así como así.

Qué demencia
marca mi rumbo
por pensar en ti,
para que me trates así.

Qué inútil es el lenguaje
cuando las palabras
se quedan suspendidas
en el entorno silencioso
de tú desprecio.

Qué amargo
sabe el vacío,
desolado de tus besos...

Qué impaciente
es el polen
que atrae a la mariposa
de la flor más hermosa.

Qué sencillo
se te hizo decir
no puedo,
cuando la nitidez
de la presencia ingrata
es un augurio,
al que mi alma
esperaba su regreso.

Qué hermoso
era amanecer con la voz
y la sonrisa cálida
resplandeciendo
mis sueños.

Qué agonía
pensar que te quiero.

Qué terrible es el momento
cuando me invade
tu pensamiento.

Qué dolor tener
y a la vez estar lejos.

Qué fantástico
parece todo
cuando te tengo.

Que contrariedad
la idea de morir,
pero estar despierto.

Qué difícil olvidar
a quien más quiero...

Parte
de lo que en mi corazón
siento;
y si la culpa radia en mí,
muero por dentro
y le exclamo al viento
cuanto lo siento.

pero si no es
causa tal,
el cielo me reclamará,
el hecho
porque quizá miento...