CALLAR"…
Sería interesante tener en cuenta, las dimensiones que adquiere aquello
"NO DICHO", si tomamos conciencia, del peso que a representa en nuestra vida afectiva, y lo que esto provoca como síntoma.
¿Por qué?
A menudo elegimos callar, ante determinados hechos, que
Alteran nuestra relación con el otro.
¿Qué hay de verdad?
En el refrán que dice: "EL SILENCIO ES SALUD"
Y en aquel otro que pregona: “EL QUE CALLA OTORGA”
¿Existe un tiempo para callar, y otro para hablar?
Hay momentos, de respeto, consideración y solidaridad,
Donde las palabras sobran. Nuestra contención y acompañamiento,
Son suficientes. Ése silencio es prudente, y no nos daña.
Pero cuando algo nos oprime la garganta, y afecta nuestras emociones,
“NO DEBERÍAMOS CALLARLO”, seria oportuno, poder manifestarlo.
Evitando así, somatizar a través de nuestro cuerpo,
Liberando la angustia, dolor y frustración, que nos esclaviza.
En éste caso “SI”, lo que se calla,”ENFERMA”,
Si buscamos las palabras y el momento adecuado, para expresarnos con claridad
Y firmeza, nuestra voz será escuchada, y fluirá como una liberación, que nos abrirá las compuertas, a la vida:
“LIBRE, SALUDABLE Y SIN PRESIONES, QUE NOS MERECEMOS”
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