RE-ENCUENTRO

Graznidos de aves escucho en el cotarro,
aullidos de fieras circulan en la pradera,
el viento al crujir choca con los guijarros,
aplazca la herida punzante que me hiciera.

La lluvia retuerce con la claridad una clineja,
el sol al mirar forma hermosas candilejas,
un arcoíris festeja sonriente en la tarde,
el día maravillado ¡Feliz! llora con alarde.

La mujer que amo se acurruca en mis brazos,
sonríe ¡Dichosa! al sentir mis manos deslizarse,
el deseo de amar y ser amada llega de un zarpazo,
excitada se retuerce, fascinado la escuchó quejarse.

JOSE NICANOR DE LA ROSA.