Cuando hablamos de gramática vienen al pensamiento las reglas y principios que aprendimos para el correcto uso del idioma. Pero gramática también se puede aplicar a otros objetos distintos del lenguaje. Podemos hablar de la gramática de las formas y entonces aparecerían las normas para asociar válidamente formas en 2D y en 3D. Un arquitecto, un diseñador gráfico o un dibujante saben cómo hacer una oración con un círculo o semicírculo y un segmento. Por su trabajo saben que un semicírculo y un segmento se unen de cierta manera para que queden armónicos visualmente hablando, es decir, las formas tienen una gramática implícita. La proporción aurea puede considerarse como un esfuerzo de composición gramatical que incluso se extiende a otros campos como la biología y la música. La teoría de la armonía en música tanto la de Bach como la de Debussy son también esfuerzos en el sentido de una gramática. El pensamiento también tiene su gramática y de ello se ocupan la lógica formal de los filósofos y también los mapas de karnaugh. La gastronomía se ocupa de la gramática de los comestibles. Las artes marciales y la gimnasia se ocupan de la gramática del esfuerzo. La teoría del color en arte también es un esfuerzo gramatical pues cuando se estudia el triángulo de Tobias Mayer se establecen unas reglas para combinar colores. En las casas de modas se sabe bien que colores combinan en el uso de las prendas y cuales son antagónicos.En la etiqueta que aprendimos de Carreño también hay una gramática social pues claramente se establecieron , como válidos, no llevar mascotas a la misa ni peer en actos religiosos.En la geometría un postulado puede considerarse como gramaticalmente válido o dar origen a una nueva geometría como sucedió con uno de los postulados de Euclides que generó la geometría de Lowatchetsky o la de Rieman.