En la calle donde vivo
se esconde el universo debajo de una hoja seca
el mundo se envuelve en la casa del caracol
arde el sol en la tarde
los vecinos apuntan mangueras
y el agua corre de nuevo como la vida que renace.
Treinta y dos grados a la sombra
mi alma arde como cera en la parrilla del cemento
mis huesos se queman como hojas secas
y gritan sus lamentos en ruidos de palos que se quiebran.
Texto agregado el 17-01-2014, y leído por 149
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