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El año había terminado después de las fiestas de navidad, se propuso que el siguiente seria de otra manera y más planificado, el anterior no fue de su agrado, en la primera semana de este año empezaría a planificar todo para estar atento a las fechas, busco en su casa un calendario pero los que tenía: uno en la sala, otro en su dormitorio y el último en la cocina tenían el mes de diciembre con sus 31 días ya terminados, “estamos en otro año, debo buscar uno nuevo”-pensó-.
Esa semana buscó un calendario para colocarlo en su dormitorio, “para que voy a comprar uno, si siempre los regalan”-dijo-se dirigió a una gasolinera puso en su tanque del auto 2 galones de gasolina y al dependiente le dijo: “no tiene un calendario que me regale”; el dependiente le respondió que “si”, mientras ponía la gasolina le llevaron un calendario de bolsillo, los números y meses eran tan pequeños que resultaba difícil observarlos, lo miró con indiferencia y lo colocó en la guantera del auto, siguió su camino a casa, se acordó que tenía que comprar unos vivieres en la despensa camino un par de cuadras a la misma y compró los víveres que necesitada, cuando estaba pagando le dijo a la dueña de la despensa: “no tiene un calendario que me regale”, la dueña le respondió: “ya todos los regale a mis clientes, como usted no es un cliente asiduo…”, recapitulo en su cerebro y recordó que casi no compraba en esa despensa, prefería el súper porque en esta despensa daban todo un poco más caro; “bueno si no tiene está bien veré donde consigo uno”-le respondió.
Al siguiente día estaba hablando con un vecino sobre cómo había pasado las festividades de fin de año, empezaron a pensar en las fechas de este año el vecino le dijo: “ese día cae viernes”, él respondió: “no tengo un calendario nuevo, así que no sé”, miró como el vecino ingreso a su casa, tardo un par de minutos y él noto que venía con cuatro rollos, llego a donde estaba él y empezó a desenrollarlos, el primero era un calendario con una publicidad de una ferretería, el segundo de una estación de gasolina, el tercero de un taller local con una foto muy provocativa y el último de la despensa donde no le regalaron el calendario, el vecino le dijo:
-¿Cuál prefiere?-
-No es mucha molestia vecino, no se moleste-le respondió.
-No es molestia-le dijo
Observo los cuatro calendarios, los dos primeros tenia los meses y los días en números muy simples y el color era muy pálido, el tercero le llamo mucho la atención junto a la publicidad del taller había una persona del sexo femenino mostrando su cuerpo en un traje de baño, “con ese no me podre concentrar”-pensó- le dijo al vecino:
-Deme ese-
-Este quiere, el de la despensa-
-Sí, me conformó con ese-
-¿No le regalo la señora de la despensa uno?-le pregunto.
-Pues no, ya se la habían acabado-le respondió.
El vecino le regalo el cuarto calendario, tenía los meses en letras negras y los días en color negro también, el tamaño de las letras y números le gustaron, en la parte superior mostraban las semanas y junto a estas una figuras de la luna en sus fases, los días feriados e importantes estaban en números rojos, tomó el calendario, el vecino enrollo los otros tres calendarios, le pareció raro y le pregunto:
-¿Por qué los vuelve a enrollar?-que no los utiliza-.
El vecino lo observo de reojo y mientras enrollaba los calendarios le dijo:
-¡Cuidado con el tiempo!, no es bueno obsesionarse, él siempre se nos adelanta-
Quito el calendario del año pasado y puso el nuevo, ya era un poco tarde, para constatar que el calendario estaba hecho correctamente miro la fase de la luna de esa semana esta mostraba una figura de un cuarto menguante, observó por la ventana y la luna estaba en su cuarto menguante; “el calendario sirve”-dijo-, esa noche en particular empezó a planificar todo lo que haría ese año, empezó marcando los días de pago en un círculo azul principalmente los días 15 y 30, los días que pagaría los recibos los encerraba en un círculo negro así todos los últimos de mes tenían ese color, al día que le parecía importante le colocaba una nota y lo resaltaba en un color fluorescente, marcó los cumpleaños de sus familiares más cercanos y a la par del día una nota que decía: “comprar un regalo barato”.
Se obsesionó tanto con los 366 días que tenía el calendario que ya casi había marcado los primeros seis meses, se quedó pensativo un momento de repente busco el mes de febrero y al verlo se puso muy molesto, “no puede ser tiene 29 días, un día más de trabajo”-dijo-; retrocedió al mes de enero y desde ahí empezó a pasar uno por uno hasta llegar al mes de diciembre, “!no puede ser!”-exclamó-, repitió la rutina dos veces y notó que los días feriados los cuales estaban en color rojo para que sobresaltaran en el calendario los mostraba en días sábados o domingos; “!porque, porque, no puede ser!”-exclamo otra vez-el calendario con los días feriados en los fines de semana no le pintaban muy bien, no le gusto lo que el calendario mostraba, ya no quiso seguir marcándolo y únicamente tacho con una equis el día de su cumpleaños y junto a este una nota que decía: “total nadie se acuerda”.
Esa noche no pudo dormir el insomnio lo embargo, las fechas del calendario junto con los meses le martirizaron el cerebro, en su mente hizo las siguientes cuentas 365 días, 48 semanas, 8760 horas, 525,600 segundos, unos números: el dos y el nueve en el sueño parecían gigantes, juntos hacían el 29 del mes de febrero, el nueve parecía moverse y desequilibrarse, de pronto notó como caía sobre él y en ese momento se despertó. En la mañana del siguiente día se levantó muy temprano fue a un centro comercial busco una librería, la única del centro comercial estaba cerraba faltaban diez minutos para que la abrieran, un vigilante que pasaba por ahí le dijo:
-¿No cree que ha venido muy temprano a la librería?-
-No importa esperare, creo que abrirán pronto-le respondió.
El vigilante notó la ansiedad en él, unas gotas de sudor salían de su frente, al verlo le dijo:
-Cuidado con el tiempo, es muy corto hay más tiempo que vida-
Una señora se acercó a la librería, sacó unas llaves de su cartera y abrió la puerta, mientras abría la puerta el sonido de unas campanitas se escuchó, había un rotulo en la puerta de vidrio que decía: “cerrado”, cuando ella entro cambió el rotulo dándole vuelta ahora decía: “abierto”, él ingreso a la librería y le pregunto a la señora:
-¿Disculpe, tiene calendarios?-
-Si tenemos-le respondió
-Puede mostrármelos-
La señora bajo de un estante una caja y dentro de esta había varios calendarios de muchas formas y estilos, él los observó, saco uno y este era igual al que tenía en su casa, le dijo a la señora:
-¿No tiene del siguiente año?-
La señora se extrañó y le dijo:
-Para que quiere uno del siguiente año, apenas comienza éste-
-No me parece el de este año, el siguiente tal vez me parece mejor-le dijo-miro a un lado suyo y en la librería habían puesto un calendario mostrando la fecha con el día 29 de febrero, se asombró y en ese instante la señora saco de un estante de metal otra caja, dentro de esta había un calendario ya muy viejo y desteñido, lo saco y se lo mostro a él y le dijo:
-Creo que este busca-
Se asombró al ver el calendario paso los meses y se detuvo en el mes de febrero éste lo mostraba con 28 días, los días feriados estaban en días hábiles, el día se su cumpleaños estaba resaltado en color rojo, se alegró y le dijo a la señora que lo llevaría, la señora lo puso en una bolsa negra, cuando él se retiraba de la librería la señora le dijo:
-No se obsesione mucho con el tiempo, él siempre se nos adelanta-
Cuando salió de la librería se acordó que tenía que pagar uno recibos, entro a un banco y mientras estaba en la fila para pagar el recibo miro un letrero atrás de los cajeros, en este se indicaba que ese día era la fecha 28 de febrero, se asombró por la fecha, miró por la puerta de vidrio del banco, busco con la mirada la librería en donde le habían dado el calendario y ésta ya no estaba en ese lugar, cerró los ojos por unos segundos y cuando los abrió ahora había otro negocio en ese local, un señor ya muy anciano lo saludaba, fijo su mirada en la fachada del mismo y el letrero del negocio decía : “No pierda el tiempo, reparamos y vendemos relojes”.

Texto agregado el 16-01-2014, y leído por 106 visitantes. (0 votos)


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