¿Cómo escribir sin decir
la verdad oculta en mi mentira,
cómo vivir sin explicar que tengo
un lucero mundo de palabras y de cariño
habitando mis cuerdas ocultas?
¿Cómo sostener mi vida
sin extender mi niñez de niño tímido,
hasta el iris de tus ojos?
¿Cómo aceptarme fiero y manso,
sin recitar lo que guardo desde
el hondo río de las diferencias
que me navega hasta el purgatorio,
cómo aceptar callado
que hay soledad en la abundancia?
¿Cómo vivir con el filo de navaja
guareciendo mi almohada de día,
y no cantarlo, no susurrarlo vespertino?
¿Cómo hacer para callar que mis ríos
son hermosos, y que mis lagunas
se descuelgan del cielo con truchas
que sonríen expropiando mi sonrisa?
¿Cómo esconder que mi espalda
se humedece cuando recuerdo
a mi madre detenida en el salitral
despidiendo al hijo, prisionero,
de la ciudad que le añadió raíces
adventicias a un cuerpo
que no soportaba más una espina?
¿Cómo hacer para caminar olvidando
que amé, me amaron, engañé
y me engañaron con doble pago?
No puedo, me ato las manos,
cerceno mi tibia sonrisa,
mi saliva se hace malvas
y no dejo de escribir,
porque es la manera de anudar
mis zapatos, afeitar mis odios,
quererme, retirar mis silicios,
perdonar y perdonarme.
mayo del 2009
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