TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / anco / CONVERSACION CON UN FILOSOFO

[C:535560]

Atravesó el parque de la cruz vieja y desembocó en la avenida de la república, un viento helado que provenía del barrio abajo del rio lo abofeteó. Las calles a esa hora de la noche, estaban repletas de seres sin posibilidades, seres desposeídos, “nosferatus’’ ávidos del descanso eterno. Una enorme grieta siguió abriéndose en su condenada alma. Y allí, en medio de esa aquelarrico tumulto estaba un viejo conocido, sentado en un rincón al final de la acera. Su mirada reposaba en la nada y su amarilla barba manchada por la nicotina y la sucia vestimenta le daba el aspecto de un horripilante espectro. Era Sócrates santos, un reconocido filósofo que estaba en la más espantosa indigencia. Aldo se sentó un momento a su lado, a ver si él lo reconocía. Sócrates alargó su mano y extendió la botella de licor para compartir lo poco que había de ella.


-- Ayer vi un ángel--, dijo. Tenía las alas verdes y su cara resplandecía y bailaba sobre una nubecilla de mil destellos irisados, y su voz era estruendosa como mil trompetas y se burlaba de mí, de mi angustia de no saber si estoy muerto en un mundo de muertos, o estoy muerto en un mundo de vivos.


--¿Cómo estás Sócrates? Lo saludó. Soy Aldo Contreras.

-- ya lo sé--, dijo. Y estás tan muerto como yo. Y sacando su rostro de las sombras sonrió con la sonrisa de un cadáver.

-- El tiempo arrasa con todo—, prosiguió. Incluso con nuestras memorias.

-- pero no arrasa con nuestros recuerdos--, dijo Aldo. Y es que los recuerdos olvidados jamás desaparecen, solo se entierran en el inconsciente. Lo único que nos mantiene “vivos” en este mundo de muertos son los recuerdos.

—Pero si no los olvidamos, cada instante sería una muerte eterna--, dijo Sócrates. El recuerdo y el olvido, son la misma vaina, son de la misma sangre, olvidar y recordar es parido por el mismo dolor.

-- Y cada vez que nos olvidaron y nosotros olvidamos por completo--, prosiguió y su intensa halitosis enrareció el ambiente. Sentimos que algo de nuestra existencia se desvanece, el alma se marchita, se destroza infamemente al espíritu, como si nunca hubiésemos vivido, pero es imposible vivir sin olvidar.

--no somos merecedores--, dijo Aldo. Es por eso que vivimos en la angustia del no ser, en la más espantosa y solemne soledad, y en ella todo concurre y conspira para aniquilarnos.

-- ¿Qué es la puta vida sufriendo?--, se preguntó Sócrates. ¿No puedes aislarte de las desdichas, de los desdenes, aislarte en un castillo de miseria y de asco y soñar a cada instante con la caridad humana?

-- Sufrir conscientemente--, dijo Aldo. es aceptar los males como el latigazo de un mundo indolente, ser un constante corazón solitario, destinado a ser expulsado del mundo viviente, atrapado por una nostalgia perpetua que nos impide reposar, y al final el único anhelo que nos queda, será la segunda muerte.

--El ser cuando esta solo padece angustia--, dijo el filósofo. Se detienen los tiempos, y como dijo Kierkegaard: “cuando se está angustiado el tiempo transcurre lentamente; y cuando se está muy angustiado aun el mismo instante se hace lento; y cuando se está mortalmente angustiado el tiempo se detiene. Querer morir de prisa y no poder, querer comprar un instante de alivio a costa del sacrificio de los demás y no poder. Eso ya no depende del individuo, sino de la misericordia divina”. Sócrates, abrió sus ojos con demencia inusitada y sus manos temblaron cuando pronunció esas palabras.

—¡Pero no existe la misericordia divina! --, exclamo con furia. O acaso sabes de algo más aterrador aún que no sea el vagar en el olvido de divina memoria, consternado por la melancolía y la miseria, ¿se puede soportar la vida así? Despellejado y envilecido en la tenebrosa idea de que existe Dios, muriendo sin morir, y llorando sin llorar. ¿Qué dolor he soportado durante mis eternas noches para despertarme odiando al universo, y luego morir otra vez esa misma noche mendigando un pedazo de fe? ¡Qué hija de la desdicha es esta muerte! Sócrates Santos, dio por finalizada la conversación, se recostó en la sucia pared y se quedó mirando otra vez a la nada.

Texto agregado el 14-01-2014, y leído por 150 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
15-01-2014 interesante despliegue de pensamentos ue e contraponen***** guero
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]