Desde aquel día de la traición.
Allá en el rincón de la ilusión
cuando la deslealtad fue sorprendida
tu fuiste leal… y me arropaste
Pobre alma acongojada;
un riachuelo era mi llanto
y venias a represarlo
juntando una a una
aquellas lagrimas
para contenerlas
como en un rosario
de perlas y dolor
hundirme de a poco
era tu empeño;
poco a poco… dominabas
cumpliendo cabal tu misión
y no me rescatabas.
Mi llanto sin medida …era tu empeño
hoy que el dolor me agobia
casi al morir… te pido algo
tristeza por favor… vete de mi
quizá en tu adiós …esté la vida