En el bar se encontraban Tiberio López y Sinforoso Aguirre, y había alguien más con ellos: el cadáver de la mujer de Sinforoso. Tiberio López había sido un político de renombre que se dejó ganar la partida de la corrupción, y estuvo preso por muchos años. Y a raíz de toda esa situación, le dieron muerte política. Todos lo abandonaron, hasta su familia lo repudió. El demagogo, ahogado por tanta desdicha se entregó a los brazos del alcohol. Y Sinforoso, fue un médico eminente y prestigioso en lejana época. Pero, lamentablemente cargaba una horrorosa culpa, un mal día le tocó operar a su esposa de emergencia por una hernia que se le estranguló, y como llevaba tantos días bebiendo su pulso y su visión no estaban a plenitud, y la operó mal, entonces, la mujer agarró una infección y murió horas después.
--Ella está muerta hace veinte años--, decía Sinforoso. Y sin embargo no he pagado mi culpa ni me alcanzara esta muerte para terminarla de pagar, es como un castigo, un karma que he vivido con ella en las dos muertes. Y te digo que lo que más me gusta de mi esposa es que jamás le he escuchado algún reproche en mi contra. Y así está mejor, duele menos la sórdida existencia.
-- ¿verdad mija?--, le dijo. Y besó en la boca al cadáver.
Tiberio, hizo un gesto de repugnancia.
-- esto es increíble Sinforoso, que aun te dejen andar por la ciudad con este cadáver--, dijo.
-- pero si en esta ciudad; todo el que habita en ella, está muerto, está olvidado--, dijo.
-- será el que se muere físicamente--, dijo Tiberio. Yo por lo menos, “vivo” con la esperanza de que alguien me recuerde, ¡así sea! Para mal, es peor vivir olvidado.
--¡exactamente Tiberio!--, dijo. Tú los ha dicho, pero entre el estado en que se encuentra mi esposa, y el de nosotros; no hay diferencia, solo es de la manera y con la óptica con que lo quieras ver.
--así es la vaina entonces--, dijo Tiberio. Bueno cambiando el tema, nunca me has contado como es que has andado por años con la muerta, para arriba y para abajo. ¿Tú presenciaste cuando se descomponía y todo?
--¡claro que sí!--, dijo Sinforoso. Es más, la acosté a mi lado y la contemplé en ese proceso: día y noche.
--a ver mi amigo--, dijo Tiberio. Cuéntame esa vaina, porque es muy difícil de creer.
Aldo, pidió un trago doble y encendió un cigarrillo, pues le tocó escuchar la conversación:
Esto comenzó inmediatamente después que; su corazón dejo de latir. Su sangre ya no circuló a través de su cuerpo, ésta se acumuló en porciones, creándole un tono azul llamado el “rigor mortis” o sea, después que la pobre murió, como a las seis horas, sus tejidos musculares se pusieron rígidos, esto es conocido como “livor mortis”. O sea que su cuerpo, comenzó a perder el calor que produce la vida, y le sobrevino un total enfriamiento, conocido como el “algor mortis. Una vez que su corazón se detuvo, los cambios químicos provocaron que perdiera la estructura completa. Entonces, al perder la estructura celular le ocasionó la liberación de enzimas celulares; que fueron las que produjeron la decadencia de las fibras y las células de todo su cuerpo. Esta vaina, es conocida como autolisis. El cambio, causado por la descomposición fue muy poco durante la etapa fresca de su cadáver, aunque la autolisis causó la aparición de ampollas en su piel.
Hicieron un receso, para servirse otra copa de ron. Sinforoso, siempre se servía dos, una copa para la muerta, y una para él. Tiberio, muerto de risa, y palmeándole la nalga a una puta gorda y tuerta que pasaba por la mesa rauda por el asco le pidió a su amigo qué prosiguiera.
--entonces, el oxígeno que quedó dentro de su cuerpo, fue agotado por los organismos aeróbicos, y esto lógicamente fue creando el sitio perfecto para la multiplicación de organismos anaeróbicos. Estos organismos salieron de su sistema gastro intestinal y del respiratorio, luego, se transformaron los carbohidratos, lípidos y proteínas en ácidos orgánicos. Este proceso de multiplicación de microbios en el cuerpo es conocido como: putrefacción. Entonces, el cuerpo de mi querida esposa se hinchó y vino la segunda parte de la descomposición.
Llegaron las famosas moscas azules y los moscones de la carne, estos hijueputas, son los primeros insectos ávidos de carroña que hicieron su aparición y fueron haciendo lugar en el cuerpo de mi amada para poner sus huevos.
Después que se hinchó, la proliferación de microbios ya estaba en marcha, en esta etapa de su nueva vida tuvo lugar el proceso anaeróbico, que conlleva a la acumulación de los gases, como el ácido sulfhídrico y el metano. La acumulación de los gases en las cavidades de su cuerpo causó la distensión de su abdomen. Los gases, también produjeron otros líquidos naturales y la licuefacción de todos sus tejidos para convertirlos en espuma.
Entonces, unos insectos llamados cresas, entraron y comenzaron a comerse todos los tejidos de su delicado cuerpo. Las voraces cresas, alojadas en sus orificios naturales y en las masas bajo su piel causaron que la misma se desprendiera, y su pelo cayó. Así que, la acumulación de todos los gases dentro de su cuerpo y la comilona de estos animalitos finalmente condujeron a la ruptura de su nacarada piel. La ruptura en su piel permitió el regreso de oxígeno a su cuerpo y proporcionó más áreas para el desarrollo de las larvas de la mosca y el de microorganismos anaeróbicos. La salida de los gases y fluidos, resultó en un fuerte y distintivo olor que provenía de su putrefacción.
Hicieron otra pausa para beber, Sinforoso con los ojos vidriosos por el recuerdo, le acarició el apegostrado y rojizo cabello a su amada. Tiberio comenzó a sacarse dentro de los asquerosos dientes de su chapa pedazos de un chorizo maloliente que le había traído una de las fritangueras de la puerta.
--bueno compadre--, dijo. Siga con la historia, que está muy buena.
Su putrefacción, estuvo caracterizada por un período de gran pérdida de masa. Esta pérdida ocurre como resultado de la alimentación voraz de las cresas y la liberación de fluidos descompuestos en el medio ambiente. Los fluidos que emanaron, se acumularon alrededor de su cuerpo y crearon un islote de descomposición cadavérica. Por lo tanto, la licuefacción de los tejidos y su desintegración; se hicieron visibles durante este momento, y persistió un fuerte hedor, un hedor que; terminó por adherirse también a mi piel, a mi vida.
--En fin mí estimado--, dijo. Todos los restos de su cadáver al final; quedaron en piel seca, cartílago y huesos, los cuales se secaron y perdieron su color, todos los tejidos blandos desaparecieron de su cuerpo, quedando completamente esqueletada.
--lo que no comprendo--, dijo Tiberio. Es porqué, si ella se quedó en esqueleto, se ve más o menos bien, ¡digo, si se descompuso toda! ¿Por qué está así, como embalsamada?
--bueno mi querido Tiberio--, dijo Sinforoso. La verdad es que, ese es otro cuento; otro proceso. Y sería muy largo para contártelo ahora. Por lo tanto sigamos hablando mierda y bebiendo, que ese es nuestro único alivio.
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