El Profesor exhibió con orgullo su invento,
el grupo de científicos y estadistas a su alrededor
estiraba el cuello colectivo para observar mejor.
-Con este pequeño artilugio, -dijo el Profesor, -traeré a nuestro alcance los misterios del microcosmo.
Mientras bajaba la palanca, expresó con pasión:
-¡Por fin sabremos cuanto hay en un quantum! Y entonces seré famo…
El sonido de su voz desapareció primero y luego su figura fue desdibujándose suavemente a medida que se contraía y reducía hasta desaparecer en el infinito.
Texto agregado el 13-01-2014, y leído por 287
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